Capítulo 12: Probándote.

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- Aioria, tengo que contarte algo.

- Ja, a saber qué será... Dispara.

- Me gusta alguien.

~~

Habían pasado dos meses desde la muerte de Arsen. Fue duro, claro que lo fue, pero gracias al apoyo de sus amigos y sobretodo del acuariano que comenzaba a volverle loco, logró superarlo satisfactoriamente.

Camus le había tratado estupendamente. Le había brindado todo su apoyo durante esos meses, trataba de animarle y comenzó a incitarle a que hicieran algo juntos, como salir a pasear o ver una película. Desde que Milo confesó que ya no le odiaba tanto, comenzaron a acercarse más y casi parecía que habían entablado una especie de amistad o al menos, compañerismo. Parecía extraño, pero así era.

Durante esos dos meses, no había habido sexo. Obvio que el ambiente no estaba como para eso, pero eso no quería decir que no se hubieran unido de otras maneras, como con la amistad, como ya he dicho. Ahora que ya había pasado un tiempo y que los dos comenzaban a salir de esa mala época, quién sabe si podía volver a pasar...

~~

Los dos estaban sentados en dos sillones que estaban situados al lado de la puerta corredera del templo de Leo que daba justo al jardín de éste, por lo que podían observar el paisaje y el mar en la lejanía, dado que el santuario estaba muy cerca de éste.

Aioria observaba fijamente a su amigo mientras que éste, se mantenía en el otro sillón en una postura tranquila, con sus manos encima de la pierna izquierda que se encontraba encima de la derecha. Aun así cabe decir que se sentía terriblemente observado por su amigo en esos momentos.

- ¿C-Cómo que te gusta alguien? - preguntó Aioria con los ojos muy abiertos, haciéndose el sorprendido como su diosa les ordenó, y la verdad es que se le daba de maravilla.

- Pues eso, que me gusta alguien. ¿Qué hay de malo?

- ¿Pero gustar de... "me mola un poquito, quiero enrollarme con él", o gustar de estar enamorado?

- ¿Puede haber un término intermedio?

- Sí, pero la balanza tiene que inclinarse hacia algún lado. No se puede quedar a medio camino.

- Entonces se inclina hacia lo de estar enamorado.

- No me lo puedo creer...

- Oye, lo dices como si fuera algo realmente espectacular - se quejó el escorpión.

- Y es que lo es. ¿Milo de Escorpio enamorado? Venga ya, no he visto eso en mi vida.

- Pues está pasando, y me siento muy feliz - dijo el escorpión esbozando una sonrisa.

Del odio al amor hay un pasoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora