Memory. | Corey Fogelmanis. [1]

E

Temprano al siguiente día, llegaron los chicos de GMW. Uno de ellos llevaba un girasol con un listón lila.

—Al parecer lograste hablar con la chica. — Dijo Sabrina al llegar a su lado.

—Técnicamente no, cuando me habló por primera vez fue una palabra y luego de eso se comportó de manera extraña.

—¿Porqué?

—Eso planeo averiguar. — El chico miró el lugar en donde se sentaba Madeline, pero este estaba vacío.

La idea de que le había pasado algo muy malo apareció en la cabeza de Corey. Asustado, corrió al mesón de informaciones.

—¿En qué habitación se encuentra Madeline? — Habló rápido el chico.

—¿Quién? — Preguntó el chico del mesón.

—La chica desconocida, la llamo Madeline.

—Ella se encuentra en la habitación 201, esta tarde no quiso salir.

—Gracias. — Corey corrió por las escaleras hasta la habitación de la chica. Al llegar tocó la puerta y entró lentamente.

Ella se encontraba sentada en la cama mirando la ventana de su habitación y al escuchar al chico, cambió su mirada a los ojos azules.

—Hola Madeline, te traje esto. — Se acercó cuidadosamente y le entregó la flor. Ella, no muy segura, la tomó desde el otro extremo de donde la tenía el chico. La analizó unos segundos y volvió su vista al chico, sin expresión.

—Estoy completamente seguro que ayer tú dijiste algo ¿Lo volverás a hacer? — La chica dejó de mirarlo para volver a la ventana. El chico se sentó en una silla a un lado de la cama. — Quiero ayudarte Madeline, quiero ayudarte en todo este proceso en el que estás y para eso tienes que hablar conmigo. — Ella sólo miraba al exterior.

Corey se frotó la cara con sus manos, algo frustrado.

—Dolor.

Él levantó la cabeza y la vio observándolo.

—¿Qué dices? — Él se acercó un poco.

—Sólo recuerdo el dolor. — Habló en voz baja.

—¿No recuerdas nada?

—Fue una pelea en algo similar a un estacionamiento. Era de noche y hacía frío, mucho. Un chico un poco mayor que yo me gritaba e insultaba, comenzó a golpearme hasta que termine en el piso. Se alejó, pero volvió. Él estaba en un auto y pasó sobre mí en el. Recuerdo el sonido de mis huesos rompiéndose con el peso del vehículo. Luego desperté en una camilla del hospital.

—¿Y no recuerdas nada de lo que sucedió antes? ¿Ni tu nombre? — Ella negó. — Tranquila, te ayudaré a recuperar la memoria.

La chica sonrío ligeramente, algo que Corey no había visto en ella.

Y le encantó ser la razón de su sonrisa.