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—Necesitamos saber si de verdad es esto lo que quieres. — Habló Peyton a su amigo.

—Sólo queremos ayudarte, Corey. — Rowan habló con voz dulce.

—Lo hacemos para que estés seguro de tu decisión y que no salgas lastimado. — Sabrina se sentía algo incómoda pero era algo que debían hacer.

—Lo dicen como si Madeline fuera mala. — Habló Corey algo molesto echado en la silla con los brazos cruzados.

    Los chicos habían hecho una reunión para probar si Corey debería seguir hablando con Madeline o dejar de verla.

    Al chico le gustaba mucho la chica y sus amigos sólo querían hacerle unas preguntas y saber si el chico podría salir lastimado o no.

—No decimos que sea mala, Corey. — Habló Rowan con voz de apenada. Se acercó a él. — Es sólo que no la conocemos como tú lo haces.

—Queremos que seas feliz, chico. — Sabrina se acercó y le dio un pequeño abrazo.

—Háganlo. — Dijo Corey seguro de sí.

Peyton se sentó al frente.

—¿Cómo sería la chica de tus sueños? — Preguntó Peyton.

—Siempre imaginé que ella sería algo alta, que le guste el teatro, cabello largo y lacio, que sepa un poco de deportes.

—¿Y cómo es Madeline?

—Ella no es como la chica de mis sueños, ella es mejor. — Sonrío al pensar en la chica. — Es real.

—Aw... — Sabrina y Rowan interrumpieron al chico. Él se río.

—¿Crees que siente lo mismo por ti? — Corey recordó la vez en la que ella se acercó a su mano.

—Estoy muy seguro, lo veo en sus ojos.

"Que ojos tan bellos."


—Anda campeón, ve a ser feliz. — Peyton le dio un abrazo rápido a su amigo.

     Corey caminaba nervioso a la habitación de la chica. Llevaba un ramo de girasoles en su mano. Sus amigos estaban detrás de él, apoyándolo.

     Corey estaba llegando a la habitación de ella cuando de esta salió corriendo un grupo grande de personas, llevaban una camilla de la que goteaba sangre.

     Las flores cayeron al piso. Corey iba a salir corriendo detrás de Madeline pero sus amigos lo detuvieron. Él estaba desesperado por verla.

—Corey por favor, cálmate. — Sabrina trataba de aferrarse a él.

—Tengo que verla, tengo que
saber que está bien. — Él trataba de salir de los brazos de sus amigos.

—Corey mírame. — Rowan había sujetado el rostro del chico. — Mírame a mí. Necesito que te calmes, no te alteres antes de tiempo. Ella estará bien.

—Quiero estar solo. — Se soltó del agarre de sus amigos y entró a la habitación de Madeline.

     La cama estaba deshecha. Al final de la cama en una esquina, había una marca de sangre. Debajo de la mancha, en el piso había un charco de sangre, un par de las flores azules de la otra vez estaban en el.

     La enfermera que había venido a limpiar las heridas de Madeline entró a la habitación y miró al chico.

—Oh Corey. — Abrazó al chico de los ojos llorosos.

—¿Qué sucedió? — Ambos se sentaron en la cama.

—Un enfermero que pasaba vio todo desde la puerta. Al parecer Madeline se bajó de la cama para ir a buscar algo pero se resbaló y se pegó con el plástico que está a los pies de la cama. No fue tan fuerte, pero el golpe fue en una herida y esta se abrió.

—¿Ella estará bien?

—Obviamente Corey, Madeline es super fuerte. Un auto pasó encima de ella y sobrevivió, una pequeña herida no es nada para ella.

    La enfermera abrazo al chico por los hombros.

    Corey no soportaría perderla, no ahora que era cuando más la quería.

     Y de verdad que lo hacía.

••••••••

    Este fue el antepenúltimo capítulo, solo quedan dos.
Gracias por su apoyo a la historia. Cualquier comentario, opinión o queja, como siempre, es bienvenida.
     En serio, muchísimas gracias por el apoyo.

Ojalá que sean felices.

xx, Saturno.

Memory. | Corey Fogelmanis. [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora