Capítulo 5:

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Narrador omnisciente:

Aria sale con Will del restaurante, llegaron al centro comercial y como había dicho él, compran un vestido.

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La semana pasó, fueron a la discoteca pero no se encontraron con Harry.

Extrañamente eso provocó que Aria se sintiese mal, lo estuvo esperando inconscientemente.

De vuelta a jueves en la mañana, Aria estaba en clase, con Ally sentada a su lado y deseosas de que sonara el timbre que indicaba el almuerzo. Se habían empezado a juntar con Hazza y sus amigos, evidentemente, William no puede ni verlo, pero está haciendo muy buenas migas con Zayn, Liam y Niall. Lena se lleva bien con todos, al igual que Ally. Como en los viejos tiempos... Sí, he dicho los viejos tiempos, porque ellos antes eran inseparables.

Sonó la campan y ambas salieron  corriendo hacia la cafetería a encontrarse con todos.

Estando allí:

-Aria,  ¿recuerdas cuando nos conocimos?- Comenta Harry.-

-En el verano del nueve, en una fiesta.

-Tú llevabas un vestido negro.

-Sí, como amo ese vestido, lástima que me quede pequeño... Siempre será El Vestido.

-Por cierto, el sábado es mi cumpleaños, haré una fiesta, en mi casa de la playa.

-Harry, estamos en invierno.

-Lo sé, pero en el tiempo han dicho que hará mucho calor.

-Está bien entonces.

-Te recogeré, iremos en mi coche con Niall, Liam y Taylor.

-Me parece perfecto.- Harold sonríe y Aria no puede evitar picar con su dedo el hoyuelo del ojiverde haciéndose reír a si misma, provocando que él haga lo mismo en el hoyuelo de ella.- ¿Cuántos días pasaremos?

-¿Cuántos querrías pasar?

-Desde el viernes hasta el domingo en la noche.

-Pues así será, preciosa.- Repentinamente un rubor rojizo cubre las mejillas de ella.- Estás muy tierna sonrojada.

-Gracias... ¿Qué quieres por tu cumpleaños?

-Con que estés tú me sobra.

-Anda Harry, calla, dime que quieres.

-Sinceramente, no quiero nada, no me gustan los regalos.

-Bueno... Está bien, ya pensaré algo.

-¿Te sigue gustando cocinar?

-Claro, y seguro que a ti se te da igual de bien.

-Intento mejorar, pues en entonces cocinarás conmigo los días.

-No, cocinaré para ti, te haré una comida riquísima.

-¿Cuál?

-Pues, como mi padre antes de morir estuvo en España trabajando, enseñó a mi madre a cocinar platos de allí y ella me ha enseñado a mí, cocinaré el que más me gusta.

-Me acabas de meter un rollo y al final no me has dicho cuál será.

-Porque es ¡sorpresa!- Dice Aria agitando sus manos en el aire haciendo a Harry reír.-

********

Esa misma tarde, Aria, está en casa pensando, pensando en lo que pasó cuando William metió uno de sus dedos dentro de ella, en que ella le quemó, no sabía como pero lo hizo.

Fija su vista en uno de sus lápices y empieza a hacerlo temblar, poco a poco se va elevando, ¡ese lápiz se está elevando!

Se levanta de la silla en la que se encontraba con un gesto brusco.

-¿Qué hago? ¡¿QUÉ MIERDA HAGO?!

Narra Aria:

Rápidamente cojo mi bolso y salgo con las llaves de mi coche en la mano.

No lo pienso dos veces cuando ya me he puesto en marcha para llegar a casa de Harry, pasan unos diez minutos.

Toco la puerta y su madre me abre con una sonrisa reluciente.

-Aria cielo, cuanto tiempo que no te veía, dos años por lo menos, que guapísima estás.

-Muchas gracias, ¿está Harry?- Digo algo nerviosa.-

-Oh no cariño, él se ha mudado ya no vive aquí.

-¿Dónde está? Necesito hablar con él urgentemente.

-Claro, te doy su dirección.- Ella entra a su casa y me chilla desde lejos:- ¡Pasa, está a punto de llover!

Pasa y me quedo en el recibidor esperándola, vuelve corriendo y me da una nota.

-Esta es, es una casa.

La abro y veo que esto está por la parte del bosque.

-Pero, si está en el bosque.

-Sí, era de su padre, se la ha regalado.

-Oh, bueno, muchas gracias Anne, ha sido un gusto volver a verte.

-Ven a visitarme un día.

-Por supuesto que lo haré.

Y con esto, salgo y me dirijo a volver a mi coche.

He tardado por lo menos veinte minutos...

Bajo corriendo del coche cuando veo la casa, una casa entre árboles y el suelo lleno de hojas secas, ¡está en medio del bosque!

Aporreo la puerta con todas mis fuerzas y al poco aparece Harry en calzoncillos, con el pelo revuelto y cara de sueño.

-¿Aria? ¿Qué haces aquí?- Me abalanzo sobre el abrazándolo para sentirme protegida, él me pega aún más contra su cuerpo pasando los brazos por mis hombros.-

-Harry, tengo miedo...

-¿De qué?

-De mí.

-Shhhh, tranquila, iremos al salón.

Toma mi mano y me dirige a través de una puerta, un salón gigante con una mesa blanca, dos sofás negros, una televisión de plasma y paredes blancas que nos envuelven, detrás de los sofás hay una cristalera que hace de pared por la que se ve el bosque.

-Siéntate, por favor.

-Gracias, ¿te he despertado?

-Sí, pero no importa, dime.- Dice sentándose a mi lado, coloca su mano en mi rodilla.-

-P-pues y-yo... ¿tienes un vaso de agua?

-Claro, ahora mismo te lo traigo.

Vuelve y me lo da, tomo todo su contenido de una y lo dejo sobre la mesa.

Comienzo a observarlo diciendo en mi cabeza: sube, sube, sube...

Repetidas veces. Hasta que poco a poco empieza a despegarse de la mesa y a elevarse.

Harold suelta una risita y lo coge, dejándolo en la mesa de nuevo. Se sienta  a mi lado, levanta su mano derecha con la palma hacia arriba y dos dedos señalando el vaso y luego la mueve hacia su izquierda mientras que el objeto sube y se estampa contra una pared. Ante el ruido salto y pego un gritito a la vez que los cristales caen al suelo botando.

-¿Qué te parece? Impresionada, lo sé.

-¿Qué somos?

-Tú y yo no somos lo mismo, tú eres un.....

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Bueno chicas aquí otro capítulo, ahora voy a subir otro puesto que hoy es el cumpleaños de nuestro amado Harry.

Comentad por favor.

El lado hermoso y oscuro (Harry Styles) HOTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora