Capítulo 7:

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Me doy la vuelta para encontrarme con William.

-¿Y bien?- Digo cruzándome de brazos para enfrentarlo, me duele que no me haya hablado o simplemente saludado.-

-Bueno, quería decirte que la abertura del vestido en el lateral, me mata.- Susurra cerca de mi oído.-

-Me alegro.- Digo alejándolo de  mí.- Si no te importa, me están esperando.

-Oh nena, claro que me importa.

-No me quiero enfadar contigo.

-Ni yo obligarte.- Se pone de espaldas a la puerta obstrullendo el paso.- Ahora ve a la cama y siéntate.

-No.

-Sí.

La furia invade mi cuerpo, sube rápida desde mis pies, pasando por todos mi cuerpo, cuando llega al último cabello, la vuelvo a sentir en mis manos, estas se cierran en dos puños clavando las uñas en las palmas.

-No me hagas odiarte...

Y no me contengo más, alzo mi mano y con ella el cuerpo de "mi mejor amigo" y luego la deslizó hacia la derecha haciendo que choque contra una pared.

Sin más mis oídos empiezan a pitar, mi cuerpo cae rendido al suelo y mis manos se desplazan a mis orejas, es un ruido inaguantable.

Palabras se cuelan dentro de mi mente: ven, ven, acércarte, bésame...

-¡NO!- Grito desesperada, necesito que pare.- ¡Haz que pare, haz que pare!

Siento una mano levantándome por el brazo.

Hace un movimiento para que gire y me quede mirándolo a los ojos.

-Preciosa, yo soy un demonio, tú una bruja, eres producto de la unión de un ángel y un ser como yo, hay pocas como tú, por eso quiero probarte, ahora que tus poderes comienzan a florecer, eres más deliciosa que nunca.

-Me das asco William.

Y ahora caigo, ahora me doy cuenta porque lo noto, lo puedo oler, está colocado, se ha drogado y encima también ha bebido.

-Tú a mí no.

-Ni tú a mí, pero vas colocado y por eso estás así.

Aprieta más fuerte el agarre sobre mi brazo haciéndome daño, suelto un quejido.

-No voy de ninguna forma, déjame que te folle, déjame hacértelo cómo no se lo he hecho a ninguna mujer, quiero oírte gritar mi nombre, escuchar como me pides más, saborearte... Déjame, déjame hacerlo Aria, te prometo que lo disfrutarás.- Susurra en mi oído.-

-Mierda, William.- Maldigo y me lanzo a sus labios, es un beso rudo, su lengua se entrelaza con la mía con posesión, brutalidad, tal vez demasiada. Me lanza a la cama y baja la cremallera del mono para luego tirarlo a algún lugar de la habitación.-

-Mmm... Ni sabes cuanto me pone que no lleves sujetador.

Dice y se lleva uno de mis pechos a su boca, muerde el pezón, lo succiona y tira de él; lo que siento no es placer, es puro dolor, vuelve a morderlo y gimo de dolor.

-Eso es, gime para mí.

-Para, me haces daño.

Desliza su mano al pantalón para meterla al bolsillo y sacar algo que introduce a la fuerza en mi boca, él la cierra evitando que pueda escupir lo que parece ser una pastilla. La trago y las lágrimas nl tardan en salir de mis ojos.

-Muy bien, ahora déjate llevar.

Otros dos chicos entran por la puerta y uno de ellos, el más fuerte pone una silla atrancándola.

El lado hermoso y oscuro (Harry Styles) HOTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora