Cruel Realidad...

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Kagami quedo estático ante la imagen que encontró al abrir la puerta, aquel que había sido el departamento de su novio se encontraba vacío, los muebles estaban cubiertos por sábanas, estantes que antes rebosaban llenos de libros, se encontraban vacíos, en la cama solo se encontraba un colchón y el único que quedaba era Nigou, el perro que antes aterraba a Kagami.

-¿Pero qué demonios paso aquí Nigou?¡ Kuroko!

Grito desesperado el pelirrojo ¿acaso se había mudado, tanto le había dolido su "traición"? No, eso era imposible, la tarja de los trastes aún se encontraba húmeda, los pisos estaban limpios, las estanterías conservaban algunos libros, además algunas cosas del celeste y sus muebles se encontraban ahí, quizás solo se había ido con alguno de sus amigos, si eso era, salió de ahí con dirección a casa de Aomine y Kise.

Antes paso por su apartamento, aún seguía en un estado de negación, a pesar de sentir que algo andaba mal él quería  creer que encontraría a Kuroko en el apartamento de esos dos, rogaría su perdón, se arrodillaría de ser necesario, pero necesitaba verlo, oír su voz.  Al llegar a la puerta de el rubio y el moreno se paro frente a ella, y ahí se quedo durante casi 30 minutos, algo le decía que su amada sombra no se encontraba ahí, tenia esa sensación de que algo iba a salir mal y cuanta razón tenia. Si bien no quería enfrentarse a esa cruel verdad debía hacerlo, pero justo en el momento en que alzo la mano para tocar el timbre algo lo distrajo.

-Woff Woff.

Se escucho a sus espaldas, no fue necesario el voltear, el aura asesina que sentían era suficiente para saber  muy bien quienes eran, volteo lentamente esperando lo peor, aunque parte de él esperaba encontrar a alguien más.

-Io Aomine. *volteando*

*viéndolo con furia*-¿Sabes? No eres bien recibido aquí, aunque es una suerte *cerrando el puño* no tendré que ir a buscarte *lanzando un puñetazo al estomago de Kagami*

-Ghgh. *inclinado poniendo la mano en su estómago*

-¡Aominecchi! *abrazándolo por la espalda*

-¡Suéltame Kise! ¡Solo uno más! *intentando liberarse* No lo entiendes, por su culpa...

-¡Aominecchi! ¡Hicimos una promesa!  *con lágrimas en los ojos* por favor, por él, respeta esa promesa..

-Kise... *tranquilizándose*

-¿De qué hablas Kise? ¿En dónde está Kuroko?¿Qué promesa? *incorporándose*

*dando una cachetada* -Tú... no tienes ningún derecho a saber, ¿sabes cuanto sufrió Kurokocchi por tu causa?¿Cuánto lloro en todo este tiempo? Te lo advertimos Kagami *golpeando su pecho* te advertimos que no lo lastimarás.

Kagami solo agacho la cabeza, sabía muy bien que era cierto, además no podía ni imaginar cuanto dolor le había causado al celeste.

-Es por eso que necesito saber en donde esta, quiero explicarle, pedirle perdón.

*limpiando sus lágrimas*-¿Y crees que te lo diremos? Después de que no solo engañaste a Kurokocchi sino también a nosotros, ¿esperas realmente que te digamos? *tono sarcástico*

-¿De qué hablas? *con tono afligido y cara de sorpresa*

*abrazando a Kise*-No te hagas el tonto, sabemos que tenías prometida cuando comenzaste a salir con Tetsu, no se cómo pudimos confiar en ti. *mientras se acercaba a la perta de su casa*

*tomando el brazo de Aomine* -Espera un momento, ¿de dónde sacaste eso?

*soltando su brazo del agarre*-Eso no es asuntó tuyo, y por cierto nadie de la generación de los milagros te ayudara. *viéndolo fríamente* En parte es nuestra culpa *abriendo la puerta de su casa* por haber confiado en ti. *entrando y cerrando la puerta*

Tarde...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora