Tarde...

Encuentro...

El día anterior...

Kagami se despertó de manera perezosa, ese era uno de sus raros días libres, su asistente le había recomendado que se tomará un par de días libres pues lo había visto muy estresado cuando llego de su visita a Corea, recapitulo brevemente lo que había pasado, la noche anterior se había encontrado con Kang Jung y este le había declarado la guerra, le insinuó que él y Kuroko habían vivido juntos en Corea, además de que le había declarado el amor que sentía por Kuroko, golpeo sus mejillas con ambas manos, recupero el optimismo y recordó un fragmento de la plática que había tenido con el padre de Kang Jung.

Flash Back.

*irradiando felicidad*-Me alegra tanto poder tratar a un japonés tan responsable como lo es usted Kagami-sshi, mi hijo tiene dos amigos compatriotas suyos con los cuales se ha vuelto muy unido.

*extrañado*- No me estará usando como punto de referencia ¿o si? Es decir yo conozco a japoneses más capaces que yo y *recordando a Kuroko* mucho mejores seres humanos.

-Una persona que se expresa de esa manera de sus conocidos es un excelente ser humanó, *sonriendo* yo le dije a mi hijo que podría invitar a sus amigos a vivir en nuestra casa de Seúl, *suspirando* pero al parecer tanto él como sus amigos se encuentran más cómodos en la residencia.

-¿Su hijo asiste a la universidad de Seúl? Debe ser alguien muy capaz.

-Así es, estudia pedagogía, no quiso seguir mis pasos ni los de su hermano, quiso trazar su propio camino... *suspirando* no sabe lo orgulloso que me hace.

-Me gustaría conocerlo algún día, a él y a sus amigos, aunque si que le deben de tener confianza para vivir con ellos, los japoneses somos algo reservados. *riendo quedito*

-Disculpe la confusión, a pesar de que se llevan bien y se tienen confianza no viven juntos, bueno viven en la misma residencia, *sonriendo* pero le aseguró ganas no le faltan.

-Entiendo así que son vecinos, aún así le deben tener un gran aprecio ya que por lo que me cuenta la relación con sus amigos es muy especial.

Fin del Flash Back.

Al recordar todo eso no pudo evitar sentirse decaído, él mejor que nadie sabía que tan fácil era llegar amar a Kuroko, sabía que le había hecho un daño irreparable pero también sabía que el celeste debía saber su parte de la historia, lo que paso en América, la razón por la que se había ido tan repentinamente, si después de eso el peliceleste lo repudiaba él lo aceptaría... No, en realidad no, él muy bien sabía que ya lo odiaba si bien esperaba que al escuchar su versión de la historia el odio disminuyera sabía que esto era poco probable así que se había prometido una cosa y solo una...

"Conquistar a Kuroko no importa que."

No le importaba el como, tampoco cuanto tiempo le tomaría, mucho menos si esto significaba oponerse le a la Generación de los Milagros, se enfrentaría a todos por la persona a l cual amaba, usaría todos sus recursos para poder llegar a él y también en el camino intentaría recuperar la confianza de los demás, si bien sabía que esto iba a ser algo muy difícil de hacer tenía un par de aliados, sus ángeles como él los llamaba que lo ayudarían con todo lo que pudieran, sonrió para sus adentros por ahora debía levantarse y salir.

*saliendo de su casa y hablando por teléfono* -Si lo sé, voy en camino.

-.....

-¿A qué te refieres? ¿Entonces nos vemos en tu casa?

-.......
-Pensé que Murasakibara estaría ahí. *caminando al estacionamiento*

-.....
-Esta bien entiendo, voy para haya. *subiendo a su auto*