Capítulo 12 "Yveltal"

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Los pasos taciturnos no eran propios de él, pero tras haber regresado a su propia época con el único fin de visitarla, se volvió inevitable toparse con la melancolía, a pesar que dentro de su mente sus objetivos estaban sólidos y bien planteados, su corazón aún se estrujaba entre ella y su deseo de venganza.

POKÉMON

XYZ AND THE HALL OF FAME

Capítulo 12 "Yveltal"

FUTURO- 7 AÑOS DESPUÉS-

Hace tiempo que no visitaba aquel lugar, cuando finalmente llegó notó lo crecido que estaba el pasto en los alrededores, las pequeñas hiervas que solían decorar la estancia, ahora se movían con el viento de una forma reprochante, o por lo menos así lo percibía. La tortura de mantenerse lejos, buscando alcanzar un fin que quizás nunca se cumpla pero que cada día veía más cerca. La longitud de sus cabellos oscuros y gabardina se acompasaban al movimiento de las plantas, como un saludo de la ventisca que lo incorporaba a aquella gruta a la que nadie más visitaba y por ende, aunque tarde, sería bien recibido. Se sentó a los pies de la roca y miró con cuidado aquel lazo que cruzaba entre sus dedos. Se lo había arrebatado a alguien más, ¿pero aun así contaba no? El mismo objeto pero de otro tiempo y espacio.

Tras observarlo detenidamente por unos minutos, acercó su mano sosteniéndolo hacia su nariz y cerró los ojos al percibir el aroma que emanaba, el olor de perfume dulce que tanto le encantaba en ella. Entonces lo alejó, al mismo tiempo que un recuerdo traído por aquella esencia se presentó en su mente.

Sentados en aquel mismo lugar, años atrás, su amada esposa le había revelado una noticia que lo dejó demasiado inquieto. No tenía idea en cómo todo aquello repercutiría en su salud, por lo que aunque estaba feliz... en verdad tan feliz... era incapaz de razonarlo consigo mismo y la sonrisa simplemente no salía de él.

-¿Pasa algo?... Tengo unos minutos de notarte muy pensativo... -los preocupados ojos azules lo miraban sin perder detalle. Le tomó la mano que yacía apoyada sobre su rodilla y la enlazó con sus dedos de manera natural, con la normalidad del día a día que los llevaba a afrontarlo todo juntos. Los párpados de él se cerraron, mientras su otra mano se estrelló rápidamente contra su frente cubriéndose los ojos. Su esposa bajó la mirada entristecida, para luego levantarse y acurrucándose sobre él, lo envolvió en un abrazo, mientras reposaba la cabeza de su amado contra su pecho. Inmediatamente su cintura fue rodeada con desesperación, aferrándola con gran fuerza contra él.

-...Ash... todo estará bien...

-¡Rai, rai!

-...Hasta tú te preocupaste amigo..., -se separó de ella un poco para limpiarse las lágrimas.

-Raichu tiene razón... hemos sobrevivido a mucho... esto no será nada... ¡Es más! ¿Acaso no sientes que no es más que alegría pura? -Al escucharla asintió tratando de concordar con su lógica optimista y colocó la mano con firmeza sobre su vientre, para terminar sonriéndole entre lágrimas, al igual que ella, que le acariciaba el cabello y con él la oreja izquierda.

El recuerdo le había dibujado una sonrisa por algunos segundos, cuando fue traído de vuelta a la realidad.

-¿Qué pasa? ¿Estás bien? Estabas completamente ido... -la voz de la peliroja le hizo ponerse en pie.

-¿Qué estás haciendo aquí?... -la voz le salió mucho más ronca de lo normal de lo molesto que estaba al ver a alguien más parado en ese terreno.

Los ojos aguamarina de la chica se entrecerraron, para luego llevarse una mano a la cabeza. -Sí... disculpa, es sólo que tenía algo importante que decirte, te veré afuera, -movió la cabeza en dirección de la salida de la gruta, y se apresuró a marcharse dejándolo solo nuevamente.

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