Llevába alrededor de tres horas tratando de abrir la cortina, pero el muy idiota no lograba moverla ni un miserable centímetro. Estaba enojado, muy enojado, y lo que menos quería era estar encerrado con ese tipo al que por cierto, regresando al local despediría.
La lamina debajo de mí comenzaba a lastimarme el trasero, el tiempo parecía eterno y los sonidos que salían de la garganta de Kim al hacer esfuerzo no ayudaban en nada en mi horrible estadía en el camión. Quería largarme, salir de ahí y conseguir una botella de agua, por qué dios, moría de sed, vaya que moría de sed, y en momentos como este, era cuando me ponía a pensar en todas las veces que llegue a desperdiciar un poco de agua.
-¡Puedes darte prisa!
Me miró seriamente mientras se pasaba el dorso de la mano por la frente, tratando así de limpiar su sudor.
-¿Disculpa princesa?, tal vez sería más sencillo abrir esta cosa si me ayudarás.
Musitó exasperado mientras dirigía la mirada a cu camisa, comenzando a desabotonar esta rápidamente. ¿Pero que rayos era lo que este idiota estaba haciendo?, no le bastaba con encerrarnos aquí y ahora pretendía desnudarse. Esto era el colmo, y una completa falta de respeto, definitivamente mañana por la mañana ya no le vería más el rostro a este tipejo en mi local.
-¿Se puede saber que estás haciendo?
-Tengo calor.
Pronunció mientras dejaba escapar fuertes exhalaciones.
-¿Pretendes quitarte la camisa en mi presencia?
-Así es, ¿tienes algún problema con eso?
Desabrocho el último botón para después mirarme directo a los ojos con triunfante, deslizándola así por sus brazos mientras dejaba expuesta su piel, haciéndome mirar en dirección a uno de los laterales del camión mientras torcía los ojos.
-Que cínico.
Murmuré en voz baja mientras me pasaba un mechón de cabello por detrás de mi oído, apretando la mandíbula mientras chirriaba mis dientes debido al enojo. Jamás en mi vida había tenido experiencia más desagradable, definitivamente nunca olvidaría este día.
Eso me recordaba también, que Hoya recibiría un muy buen regaño de mi parte por hacerme pasar esto, si no es que le descontaba parte de su paga de la semana, me preguntaba cómo estarían marchando las cosas en el local sin mí, claro, seguramente estarían holgazaneando o hablando pestes de mí persona, burlándose de mi actitud y jugando mientras trabajaban, pensar en todo eso solo lograba hacerme sentir más inquieto.-¿Que ocurre jefe?, ¿le incomoda mirarme?
Dijo entre risas, sacándome así de mi ensimismamiento, logrando hacerme enfurecer aún más. Cerré los ojos e inhale lentamente, tratando de relajarme mientras retenía el aire un momento, sacándolo un par de segundos después solo para abrir mis ojos y toparme con la mirada del ajeno sobre mí, a tan solo pocos centímetros de distancia, haciéndome dar un grito del susto mientras retrocedía, acción que fue detenida por mi cabeza chocando contra el otro lateral del camión.
-Dios, es el grito más homosexual que he oído en toda mi vida.
Sentí mis mejillas arder y la sangre hervirme por todo el cuerpo., sabía de sobra que poseía un temperamento con el que se tenían que andar con cuidado, era muy fácil el lograr hacerme enojar, y eso todos en el local lo sabían, sabían a la perfección que a mi no me gustaban que las cosas no se hicieran a mi manera, la palabra conformismo no existía en mi vocabulario, así como tampoco permitía que cualquiera me hablara de forma vulgar o se tomará confianzas conmigo que desde luego, no existían, mis empleados lograban hacerme enojar o hacerme pasar un mal rato, pero este tipo, dios este tipo, él había logrado provocarme estrés en una sola tarde, sin duda alguna había rebasado los límites que ni siquiera yo mismo sabía que tenía, ahora mi frustración tenía un nuevo nombre, y ese era Kim Myungsoo.
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Dulce tentación (Myungjong)
FanficY aquí estoy, parado frente al lugar, muchos dirán que es una tontería, incluso una vergüenza, pero, ¿qué hay de malo en hacer lo que te gusta?. Agosto 2016