¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Cree, ama y espera. Cree en tus sueños. Ama como nadie. Espera con paciencia. Tres simples palabras, que todos deberíamos recordar. La vida no espera, lucha por lo que quieres porque tarde o temprano alguien más te lo va a quitar.
- ¿Vamos a cine o no? – pregunto por décima vez Lio.
- Ya te dije que debo estudiar mis líneas Ferro.
- Bueno. Pero debes descansar de vez en cuando ¿No crees? – me abrazo por la cintura. Quedando yo a espaldas de él.
- Desde cuando eres tan cariñoso Lionel. – reí con nerviosismo.
- ¿Qué? ¿No puedo ser tierno contigo? – me acerco más a él. Ya me sentía incomoda.
- Ummmm – fue lo único que pude decir.
- ¿Interrumpo algo? - me separe al instante que escuche a Ruggero hablar.
- No, Nada – dije con un leve nerviosismo.
- Solo hablamos. ¿Qué necesitas Ruggero? – Dijo Lio con un tono enojado.
- ¿De Ti? nada – le contesto de la misma manera – Necesito hablar contigo Karol – se dirigió a mí.
- Por su puesto que si – Dijo Lio con reproche – nos vemos más tarde Sevilla – beso dulcemente mi mejilla poniéndome aún más nerviosa ante la situación – Adiós Ruggero – azoto la puerta al salir.
- ¿Qué necesitas?- le dije cuando me asegure que estábamos completamente solos.
- Quería practicar la escena contigo. – dijo serio.
- Está bien.
La Escena De Luna y Matteo, era en el Blake. Se estaban reconciliando después de una mini discusión que habían tenido. Matteo se había puesto celoso, porque luna había ayuda un poco mucho aun chico en la pista. No había mucho problema, ya que ella era la encargada de la pista, y el chico necesitaba de su ayuda. Pero eso Matteo no lo había entendido.
- Amor, de verdad lo siento, sé que me equivoque – Dijo Ruggero mirándome.
- Matteo, en buena onda ya me estoy cansando de todos tus celos. Es como si no confiaras en mi – le dije
- No digas eso linda. Yo confió en ti. Es que lo que menos quiero es perderte...
- Jamás me vas a perder Matteo. Al único que quiero es a ti – le acaricie la mejilla – Te amo. – sonreí.
- Te amo – se suponía que ahí Matteo y Luna se besaban. También se suponía que el ensayo se cortaba ahí. Al parecer Ruggero quería hacer la escena Completa. Me beso con cierta ternura. Sus labios se estaban convirtiendo en mi adicción. Mi perdición. Y no podía hacer nada para evitarlo. El beso termino. Nos miramos. Y nos volvimos a besar, pero esta vez me beso fuerte y con ganas. Nos recostamos en el sillón del camerin. Yo no podía pensar en nada. Me gustaba. Y no podía negarlo. No podía evitarlo, ya era demasiado tarde. Intente con todas mis fuerzas que nuestra relación no fuera más allá de la amistad. Y fracase. Sus besos descendieron hasta mi cuello. Donde exploraba con su boca con ansias. Me sentía como en el cielo. No quería Parar.
- Debemos terminar este juego... - susurre sobre sus labios.
- No quiero y no puedo parar. Quiero seguir jugando.
- Nos vamos a lastimar.
- No, si no intervenimos sentimientos
- Tengo miedo .
- No te voy a lastimar, no podría.
- Y ¿Si alguien se entera? ¿Si Cande se entera? – ya me está convenciendo
- Nadie se enterara. Candelaria y Hale están inmunes a esto. Ni tú, ni yo queremos que las personas se enteren de esto. Sera nuestro pequeño secreto. – me dio un pico.
- Nuestro pequeño secreto – repetí. Junto nuestros labios en un nuevo beso. Eras dulces, no hablábamos solo eran besos. Simples besos.
Sabía que me estaba adentrando en terreno peligroso. Pero realmente no me importaba. Tener así a Ruggero, era lo que me llenaba. Ya no me importa lo que puedan pensar. Si él quería, yo también quería. Y podía jugar mucho mejor que él.
- Debo irme, tengo 6 llamadas perdidas de Candelaria – dijo mirando su celular.
- Está bien. – Mire hacia la ventana. No quería que se fuera.
- Hablamos más tarde, ¿Si? – me abrazo por detrás y beso dulcemente mi hombro.
- Okey. – fue lo último que conteste cuando sentí la puerta cerrarse.
***
La tarde siguió su curso, estaba esperando a la señorita regañona para que nos fuéramos de una vez para la casa. La semana había sido muy tediosa. Estaba cansada y lo único que quiero es dormir y comer y dormir. Este fin de semana no quería salir. Solo estar en casa viendo doramas por Internet. Quería estar relajada.
- Mama, te estaba esperando hace tres horas ¿dónde estabas? – dije irritada.
- Le bajas al tonito Karol, había mucho tráfico en la principal. Por eso llegue tarde. Ahora súbete que estoy cansada.
Subí sin vacilar. Estaba estresada y cansada. Y mama no estaba ayudando para nada. Ruggero no me había escrito nada después de que se había ido. Ni señales de humo me había mandado.
