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Aunque la "Amistad" que teníamos no haya terminado del todo bien, nunca te deje de querer y no voy a empezar a ahora. Tal vez esa es la razón por el cual no puedo no pensarte, Ruggero.
Cuando llegue a mesa con Hale. Sentí el ambiente un poco pesado, Candelaria miraba a su plato. Mientras Ruggero solo miraba a otro lado con el ceño fruncido.
- Buenas Tardes – Dijo Hale cuando nos acercamos
- Hale, Hola ¿Cómo estas? Qué lindo es volver a verte – le acerco la mano Cande, mientras Ruggero solo evitaba la escena – Bueno pero siéntense...
- No, tenemos que trabajar – dije riendo
- ¿Tenemos? Ha, ¿no me digas que noviecito te obliga a trabajar? – Se burló Ruggero. Ya me estaba Exasperando.
- No me obliga. Pero si me gusta ayudarlo en sus qué haceres. Porque eso hace una buena novia – Lo mire – Hay mucho trabajo, y me gusta ayudarlo – le sonreí luego a Cande – Adiós, cogí del brazo a Hale para retirarnos.
Cuando estuvimos en frente de la puerta, sentí una mirada acusadora y preguntona por parte de Hale.
- ¿Por qué no negaste lo de los novios? – me empecé a incomodar, había metido a Hale en algo, sin preguntarle.
- Perdón – baje mi cabeza
- No tienes que pedir perdón – me cogió el mentón - a mí me encantaría ser tu novio... - me sorprendí.
- Yo... - cuando iba a responder, sentí como alguien jalaba mi brazo.
- Tú y yo vamos a hablar. Y no acepto un NO por respuesta – hablo Ruggero enojado.
- Ey no le hables así – Hale me defendió
- Mira tú no me vas a decir cómo hablarle, está claro.
- Basta, Hale ¿dónde puedo hablar con él a solas?
- ¿De verdad vas a hablar con él a solas?
- Y a vos que te importa.
- Pueden hablar en la oficina de Lorena. - ignorando el comentario fuera de lugar de Ruggero
- Gracias, te quiero mucho – lo abrace – Vamos – le dedique una mirada fulminante al otro.
Nos dirigimos hacia la oficia, hay estaba todo en calma, pero ninguno de los dos se atrevía decir algo, la expresión de Ruggero había cambiado sorprendentemente
- Lo siento- lo escuche decir
- ¿El qué?
- Todo. Sabes a que me refiero.
- Okey, ya está. ¿Eso es todo? – lo mire
- ¿Es verdad?
- Si – le conteste sabiendo a que se refería
- Eso es lo fuerte que sentís por mí – se burló recordando la vez que le dije que sentía algo por él.
- Ruggero no iba quedarme como una idiota, sabiendo que jamás iba a pasar algo entre nosotros dos.
- ¿Jamás?
- Tú mismo lo dijiste ...
- No sé qué me pasa, pero estar cerca de ti me vuelve loco – se acercó a mí, mientras él se acercaba yo retrocedía - ¿Tienes miedo?
- Yo... noo – dije nerviosa
- Déjame besarte. - toco mi mejilla con su pulgar
- No – quite su mano bruscamente – no volver a dejar que vuelvas a jugar conmigo.
- Jamás jugaría contigo Karol, tal vez tu nuevo novio si quiera jugar contigo – puntualizo.
- Ya tuve suficiente de esto, me voy – intente irme pero su mano cogió mi muñeca
- Mierda lo siento, yo solo quería arreglar las cosas pero lo estoy empeorando. Extraño como nos llevábamos, ¿Te parece si volvemos a lo de Amigos? – sonrió con sinceridad
- Está bien, olvidemos lo que ocurrió señor Pasquarelli.
- Qué lindo es volver a esto – me abrazo, y otra vez mis sentimientos jugaron una mala pasada.
Cuando terminamos de hablar, Ruggero se fue rápidamente, y que aunque me dijo que Candelaria se había antes porque paso algo urgente, se me hizo un poco extraño que no se haya ni despedido de mí, ni de Hale, pero lo deje pasar.
- Linda gracias por toda la ayuda hoy en el local – dijo Hale cuando ya estábamos en frente de mi casa.
- No es nada, sabes que siempre intento ayudarte en lo que más pueda.
- Gracias de nuevo, pero quiero hablar de otra cosa – me miro serio – Karol no contestaste mi pregunta esta tarde. – que de helada - ¿Quieres ser mi novia?
