En cuanto tuvimos las bolsas preparadas, nos fuimos con Jov y Ulma, que se habían quedado rezagados para poder acompañarnos. Inna se despidió de su hijo con los ojos brillantes, pero sin derramar una sola lágrima, todo lo contrario de Yerik y Rona. El primero pataleaba en el suelo, comportándose por primera vez, como un niño y Rona intentaba limpiarse las lágrimas que le desbordaban los ojos. Misha llegó justo antes de que partiéramos para despedirse. Abrazó a su hermano y le dijo algo a lo que Ilya asintió serio. El viaje no duraría mucho gracias a los furgones, por lo que nos llevó unas cinco horas llegar hasta Ferror. Era una pequeña ciudad industrial, o así lo parecía por las nubes de polvo que tapaban su espacio aéreo. Nos dejaron en una casa en un callejón oscuro, aunque más que una casa, era un bloque de cinco pisos y nos quedaríamos en el último. Nos ayudarían a escondernos, sobre todo para prevenir que yo me fuera de lengua, pero nadie viviría con nosotros. Tenían miedo de que les matase en medio de la noche y huyese a contárselo a algún general. Al llegar al pueblo, vi algunos mercadillos con alimentos en un lamentable estado.
"- No, nuestra comida se cultiva en la poca tierra que ceden para alimentarnos y pocas veces probamos la carne sinceramente. La vuestra la cultivan en invernaderos especiales, donde la tierra y el aire en el que crecen tiene la T- Aka"
Era lo que me había dicho Ilya cuando le pregunté si la comida que adquirían era la misma que comíamos nosotros.
Ilya trabajaría para pagar la casa en la que nos habían metido, no saldría del pueblo, por supuesto, ni yo de la casa. Eran las condiciones impuestas para ayudarnos. Era curioso que, a pesar de compartir ideas y actuaciones, el miedo de los Avalons era el mismo fuese donde fuese, incluso llegando a volcarse contra los suyos. Ilya llegaba por la noche, y apenas aguantaba a esperarle despierta. Ya que no podía salir de la casa, los dueños me encargaban tareas como preparar algunos alimentos en conserva, coser y lavar ropa para casi todos los del pueblo. Tenía las manos destrozadas, pero al menos me mantenía ocupada, además la gente de Ferror estaban mucho peor que en el Pueblo Rojo. Era cierto que les superaban mucho en número, era como una pequeña ciudad, pero la vida era aquí mucho más dura. Ferror era un pueblo minero, sobre todo, y apenas había campos cultivables y todos sus habitantes se dedicaban a trabajar en la mina o en las fábricas de textiles. Al no haber grandes casas de nobles cerca, ninguno estaba sirviendo a ninguna familia, pero al parecer, muchos de ellos eran llevados a las granjas, por eso el que yo no saliera de casa era también importante. El odio aquí hacia personas como yo era mayor. Sin embargo, no todo era malo, un día mientras trabajaba escuché a las dos mujeres, que se encargaban de vigilarme mientras lo hacía, hablando. Había más nobles como yo que estaban ayudando a los Avalons, sobre todo en pueblos cerca de casas nobles, pero no se fiaban de ellos, y no las culpaba. Me sentí mejor al saber que no era la única.
Uno de los días en los que me encargaba de la ropa, Mia, la mayor de las mujeres que me cuidaban, me llevó a la calle para que la acompañase a traer algunas prendas de una de las fábricas. Al parecer, los Avalons que trabajaban allí, sacaban ropa de vez en cuando para repartirla. Todo iba bien, pero al llegar vi a una chica en la calle, de la que la gente se apartaba. Lo extraño es que aquella chica tenía las mismas líneas que tenía Ilya por todo su cuerpo. Intenté acercarme, pero la chica, acobardada por las miradas de asco de sus congéneres, se escondió en un edificio.
- ¿Qué estás haciendo? – Mia me tomó del brazo enfadada. – Sabía que no eras de fiar.
- No, no, solo quería... Mia, esa chica ¿qué le pasa? ¿Qué son esas líneas rojas? – La mujer miró hacia donde le indicaba y frunció la nariz.
- Eso es lo que pasa cuando los tuyos encuentran otra forma de jodernos. Esa chica es medio Avalons, su padre era un noble. Está condenada.
ESTÁS LEYENDO
A través de la Sangre (Annia)
Fantasy¿Un mundo dividido puede volver a ser uno? ¿Qué pasaría si descubres un secreto que puede desencadenar una guerra? En un futuro distopico donde los antiguos humanos ha marginado a los Avalons, dos jóvenes representando a sus diferentes mundos, se en...