Akira estaba muy tranquilo en su departamento, cosa que fue interrumpida.
—¿Quién mierda es y qué carajo quiere?-
—Soy yo querido, quería visitarte. -decía el castaño desde el otro lado de la puerta.-
»Mierda, creo que estoy en problemas.
Akira atiende a Uruha y el castaño sólo sonreía y lo trataba de la mejor manera posible al rubio, cosa que lo desconcertó.
Realmente era raro que hiciera eso luego de lo que provocó.—Shima, ¿Estás bien?-
—¿Por qué lo dices?-
—Te noto extraño tratándome bien, ¿Realmente viniste de visita o querías decirme algo?-
A Uruha se le prendió el foco.
—Ah, cierto...-
Uruha lo agarro del cuello de la camisa, lo zarandeo y golpeó, maldiciéndole sobre lo hecho.
Akira sabía que a Uruha no le gustaba que le digan mujer.