10.

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—Como sea, agradece que yo primero te destrozaría la cara ahora mismo antes que el auto, por la broma. -suspiró. —No quiero saber ahora porque lo has hecho, quizá más tarde.-

Y así, Aoi también se fue.

Akira aprendió una lección ese día, pensar las cosas más de dos veces y recordar más cosas anteriores antes también.

Pobre de su bolsillo, sufriría pagando los arreglos y repuestos sí quería volver a usar el auto en la calle.

Le había llegado un mensaje de Uruha.

»¿Te gustó la sorpresa?

—Sí mira, hasta me saco una gran sonrisa, nótese el sarcasmo.

»Oh, me alegro entonces y les deseo suerte a ti y a tu tarjeta con las pagas.

—¡Tú deberías hacer esto!

»¿Tengo cara de que pagaré tu puto auto?

Maldito castaño.

Hey, linda. [AOIHA.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora