Sucedió en París

Capítulo 7

NOW

"Hola Jay. Soy yo... Esto... Me mata tener que llamarte para decirte esto. Y más tener que hacerlo con un mensaje pero... He intentado llamarte antes y lo tenías apagado y en cinco minutos empieza una reunión que va a durar todo el día y... El caso es que no creo que pueda irme hoy... La filial está en pie de guerra y dice que si no se llega a un acuerdo en la reunión se van a largar, y no puedo abandonar a mi padre ahora.
Sé que te prometí que iría pero no puedo hacerlo. Y espero que me perdones y que entiendas que no hago esto porque no me importas... Pero tienes que entender que no puedo dejarlo todo ahora, en un momento tan crítico. No puedo largarme diciendo que voy a pasar un par de días de vacaciones... Eso sería como declararles la guerra...
Pero quiero que disfrutes de tu estancia en París. El que yo no esté allí no significa que tú no puedas pasarlo bien... Quiero que vayas a todos sitios y que hagas un millón de fotografías para darme luego envidia... Y te recomiendo que vayas a un pequeño restaurante que hay al lado del Sacre Cuore que tiene las mejores vistas de la ciudad. Es pequeño y apenas conocido, pero su omelete es la mejor de la ciudad. Te lo aseguro.
Ahora tengo que irme... Intentaré llamarte en cuanto pueda. Aunque sea solo para poder hablar un rato por teléfono... ¿De acuerdo?
Bonsoir"


Jared se sentó en la cama nada más escuchar el "Me mata tener que llamarte para decirte esto". Solo por esa frase y sobre todo por la voz de Jensen al decirla, sabía que no iba a ir. Que definitivamente Jensen le había abandonado a miles de kilómetros de distancia. Y que encima lo había hecho por teléfono.

Tragó saliva varias veces y se acercó a la ventana que daba a la Torre Eiffel. Empezó a correr la cortina para contemplar por fin el monumento, pero en el último momento se lo pensó mejor.
Volvió a cerrar la cortina y, pasando por encima de la maleta de Jensen, se tumbó en la cama que definitivamente no iba a tener la acción propia de una suite nupcial.



THEN

Cuando abrió la puerta Jared no se encontró con la persona que esperaba ver sino con un hombre bastante mayor. Su pelo canoso estaba inmejorablemente cuidado y a todas vistas podría ser considerado atractivo. Pero la mueca de desagrado que tenía cuando le vio al otro lado de su puerta, hizo imposible que nadie pensara en él como alguien atractivo.

- ¿Sí? – preguntó el desconocido con dureza, hasta el punto de parecer más una acusación.

Y aquello terminó de descolocar a Jared, que miró al número de la puerta y del piso en que se encontraba.

- Esto... Creo que me he equivocado.

- Indudablemente – respondió el hombre con el mismo todo de antes, para a continuación mirar de arriba abajo a Jared con un gesto de desagrado.

Un gesto que hacía muchísimo tiempo que Jared no recibía, y para el que ya no estaba tan preparado como antes.
Motivo de ello, la alegría con la que llamó a la puerta se convirtió en nerviosismo, sin saber muy bien qué decir ni que hacer pero necesitando marcharse de allí cuanto antes.

- ¿No es... no es este el número 14...?

- ¿Quién es? – oyó una voz desde el interior de la casa y que, por mucho que se pareciera a la de Jensen, ya no podía estar seguro de nada.

Solo hasta que el hombre no apareció frente a la puerta y le reconoció, el corazón de Jared no volvió a latir a su ritmo normal.

- ¿Por qué no terminas de preparar el café? – preguntó Jensen al otro hombre – En seguida estoy contigo.

El hombre en cuestión, que tan solo había dicho dos palabras y ninguna de ellas había sido "Hola", entró en la casa no sin antes volver a escanear a Jared, logrando que se sintiera como un mosquito bajo el microscopio.

- ¿Quién es Mr. Simpático? – preguntó Jared en voz baja cuando estuvieron los dos solos, aún junto a la puerta principal.

- Es mi padre - respondió con calma, sin hacer ningún comentario sobre el calificativo usado por Jared.

- Oh... No sabía que tenías visita. Pensé que era hoy cuando íbamos a repasar Química.