Capítulo 15

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NOW

Entraron en la primera discoteca en la que no había que esperar dos horas de cola y que al final resultó ser una de las mejores en las que ninguno de los dos había estado: Aunque los conocimientos que tenían de los locales de fiesta eran bastante escasos en los dos hombres. Jared porque trabajaba cuando las salas abrían y Jensen porque, aunque había sido invitado a muchas de ellas, al final tenía que marcharse apenas llegaba al tener que madrugar al día siguiente.

Todo ello se tradujo en que ambos disfrutaron de lo lindo con la música y la mutua compañía. En el caso de Jared le sorprendió gratamente descubrir que Jensen era un estupendo bailarín. Y no es que pensara que era uno de esos yupis sin ritmo y cuyo único movimiento era llevarse la copa a los labios... Bueno, lo cierto es que eso era justo lo que se había imaginado, aunque intentaba paliarlo repitiéndose que aun así le seguía queriendo.

Pero afortunadamente había resultado ser todo lo contrario y Jensen era capaz de bailar de un modo sexy sin resultar obsceno, pero logrando atraer su atención de un modo más que evidente.

Y de acuerdo que Jensen era su compañero... su novio. Pero aunque no lo hubiera sido, sabía que ahora mismo estaría embobado mirando a ese hombre que estaba en mitad de la pista, moviendo las caderas al ritmo de la música, y con una sonrisa y un brillo en los ojos que podían quitarle la respiración a cualquiera.

Y si a todo el conjunto se añadía un vestuario hecho para entrar a matar: pantalones negros ajustados, camisa del mismo color de sus ojos remangada hasta el antebrazo y con los tres primeros botones desabrochados... Normal que Jared ya fuera por su tercera cerveza pero siguiera teniendo la garganta seca.

- ¿Por qué nunca antes te había visto así? - preguntó Jared.

- Define así.

- Tan contento y... sexy

Jensen soltó una carcajada sin dejar de moverse.

- Ya te lo dije. No soy tan aburrido como parece. Solo es el traje.

- Y tenías razón.

- Por supuesto que tenía razón – cogió la cerveza de Jared con intención de darle un trago, pero se encontró con que estaba vacía - ¿Ya te la has bebido?

- Tenía sed.

- Normal. No has hecho más que salivar desde que hemos llegado.

- ¡Oye!

- ¿No es así? – preguntó, arqueando una ceja, a lo que el castaño no tuvo más remedio que aceptar su derrota con un puchero en toda regla.

- ¿Qué quieres beber? – preguntó al final, dirigiéndose ya a la barra.

- Algo un poco más fuerte. Lo dejo a tu elección – le guiñó un ojo Jensen, entregándole el botellín vacío.

- Ahora vuelvo – sonrió el hombre, sintiendo como el flirteo de Jensen aceleraba el latir de su corazón.

Pero no podía evitarlo. Aquella mañana se había despertado sintiéndose miserable y solo, y ahora no solo había recuperado al hombre más increíble que había conocido en toda su vida, sino que ese mismo hombre había reconocido que le quería. Y para mejorar aún más la cosa le estaba ofreciendo una buena dosis de pura sexualidad que hasta ahora desconocía en él.

Cuando tuvo la copa en la mano Jared regresó junto a Jensen solo para descubrir que éste le estaba esperando pero con un tío a su lado, y que este además le estaba susurrando algo al oído.

Fue ver la escena y la sangre volvió a hervirle pero por un motivo totalmente distinto.

Por la expresión de Jensen, quien estaba tratando de alejarse todo lo posible del moreno con cara de capullo que acababa de aparecer, le quedó bien claro que no había sido él quien incitó el acercamiento. Y que no sabía muy bien qué hacer para que se largara.

Pero Jared iba a solucionar ese problema enseguida.
Oyendo tan solo el latir de su corazón y nada de la música que hasta ahora había estado demasiado alta, llegó junto a Jensen quien le miró con cara de no saber dónde meterse.

Dejó la copa junto a la mesa que había al lado de ellos y colocó una mano sobre el hombro del moreno recién llegado. El hombre se giró un poco pero sin apartar su mano del brazo de Jensen.

- Hola – dijo sonriente Jared, pero con una mirada depredadora – Creo que no nos han presentado. Soy Jared – extendió la mano para que el hombre la estrechara – El novio del tío al que estás manoseando.

Sucedió en ParísDonde viven las historias. Descúbrelo ahora