Capítulo 1

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NOW

Cuando Jared salió de la agencia de viajes estaba de inmejorable buen humor. Bajo el brazo llevaba dos billetes de avión para París y una estancia en el hotel más lujoso de la ciudad, situado justo al lado de la Torre Eiffel.
La broma le había salido por un ojo de la cara pero no se arrepentía lo más mínimo. Es más, ya tenía en mente los miles de lugares que podrían visitar durante su estancia y que podía imaginar perfectamente después de haberse leído la guía de París de cabo a rabo. Dos veces.

Lástima que todavía quedaran dos meses para el viaje.

Pero el tiempo que aún faltaba no hizo que disminuyera su buen humor.
Sí. Hubiera deseado reservarlo todo para la semana que viene, sabiendo que le debían unos cuantos días de vacaciones en el trabajo y que ahora apenas había jaleo. Pero en el caso de su acompañante eso era imposible. Necesitaba de al menos dos meses para poder cuadrar su complicada agenda y sacar un par de días libres. Esa misma agenda que les había impedido disfrutar de unas merecidas vacaciones desde... Nunca.

Pero ahora todo estaba cerrado. Los billetes ya estaban pagados, los días de vacaciones ya estaban pedidos, y Jensen ya había sido avisado que la semana del 9 al 15 de julio era sagrada... Bajo pena de muerte.



THEN - CUATRO AÑOS ANTES –

Jensen Ackles llevaba más de cinco minutos dando vueltas por los pasillos del centro de menores, cada vez más consciente de que se había perdido.
El principale problema con el que se encontraba era que no había nadie a quien pudiera preguntar el camino correcto... Aunque eso tendría que haberlo descubierto hacía un buen rato, cuando sus pisadas eran lo único que se oía en lo que, a simple vista, parecían los sótanos del edificio.

Intentó no pensar en lo cabreado que tendría que estar ahora mismo su padre, pues el retraso de su hijo le obligaría a quedarse más tiempo allí. En su caso, y a diferencia de su querido padre, no es que no disfrutara de los actos benéficos que realizaba la Fundación Ackles, en esta ocasión ofreciendo una generosa cantidad al Centro de menores de una de las zonas más marginadas de la ciudad... Simplemente le molestaba cuando todo se convertía en un circo, con la prensa de por medio interesada solo en plasmar una fotografía del generoso señor Ackles y uno de los niños descarriados.

Tal vez su padre podía disimular la falsa sonrisa mientras daba un apretón de manos a uno de esos chicos (solo para luego ir corriendo a lavarse las manos), pero Jensen nunca había sido capaz de hacer algo así. Aunque afortunadamente él, a diferencia de su padre, contaba con la ventaja de que podía desaparecer por un par de minutos cuando tanta muchedumbre empezara a agobiarle.
Si bien tenía que reconocer que llevaba bastante más de un par de minutos desaparecido.

De pronto, mientras seguía buscando el lugar correcto, algo llamó su atención. Algo que definitivamente no eran sus pisadas y que sonaba mucho más humano.

Siguió el sonido de lo que juraría eran una especie de gruñidos y acabó junto a la entrada de una sala enorme que tenía pinta de gimnasio. Todo el suelo estaba cubierto de colchonetas azules y en las paredes colgaban espalderas hasta el techo.
Pero sin duda lo que más atrajo su atención fue el banco de ejercicios que había en el centro del gimnasio o, más en concreto, el hombre que estaba haciendo flexiones en él.

Estabas de espaldas, con lo que no podía verle la cara... Aunque ese pequeño detalle dejaba de tener importancia cuando lo que tenía frente a él era la espalda mejor hecha que había visto en toda su vida... La espalda y todo lo que le acompañaba, especialmente esas piernas y trasero.

En cualquier otra ocasión se habría reprochado a sí mismo el prestar atención a la anatomía de otra persona de un modo tan descarado. Pero en esa ocasión podía justificar su comportamiento y decir que no era culpa suya, pues el dueño de ese cuerpo estaba haciendo, literalmente, una exhibición de anatomía. Sobre todo cada vez que tensaba los músculos y, con las manos firmemente asentadas en el banco, soportaba todo el peso de su cuerpo (un cuerpo enormemente grande, todo fuera dicho) en unos brazos que no parecían de este mundo.

Sucedió en ParísDonde viven las historias. Descúbrelo ahora