¡Ya no se soportan!

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Capítulo 1:

Cuando ya no hay "feeling", dos individuos que se supone son pareja -casi- recién casada no son la combinación perfecta. Un año de convivencia como matrimonio es lo que pudieron durar Jimin y Hoseok, y eso, se aumentaron cifras, ya que al décimo mes la relación se enfrió a una temperatura bajo cero centígrados.

- Jung Hoseok, levanta tu trasero de ese sillón y consígueme una chaqueta igual a la que acabas de destrozar - Jimin tenía las orejas rojas debido a su ira contenida y las ganas de quemar vivo a quien se dirigía.

- Pffff, tienes como cincuenta más de esas en tu gran ropero, toma una y no fastidies - Hoseok no dejo de ver el televisor en ningún momento restándole importancia al pequeño berrinche.

- ¡No seas cabrón Jung, tomas mi chaqueta como un simple estropajo solo para fastidiarme y te haces el pendejo! - Jimin empezó a elevar la voz y a empuñar sus manos.

- Fastidiarte nada, se derramo mi jugo y tome lo primero que halle más cerca, fue sin intención - el mayor se alzó de hombros sin culpa alguna y eso era lo que más hacia enojar al menor.

- No te quejes si un día desaparecen tus estúpidos muñecos de colección, me las voy a cobrar cabrón de mierda - y sin dejar de fulminarlo con la mirada un solo segundo, Jimin subió a su habitación y buscar otra chaqueta para largarse de ese lugar que antes sintió como cálido, pero ahora era como su cárcel.

Era viernes y había hecho planes para salir a divertirse, distraerse y olvidarse de las múltiples peleas casi diarias que tenía con Hoseok antes y después del trabajo.

Su vida últimamente se basaba en pasarse casi todo el día en su oficina creando nuevas innovaciones en prendas de vestir para varones, siempre se le dio bien el arte del dibujo y su exquisito gusto por la moda y el mundo de la confección lo llevaron a emprenderse en una empresa dedicada a ello, precisamente esta era la razón por la cual valoraba mucho la ropa que usaba, eran sus propios diseños, y prefería estar con sus "bebes", refiriéndose así a sus creaciones, antes que soportar verle la cara de caballo a su esposo. No podía quejarse, tenía una vida muy acomodada y era un tanto reconocido en el mundo de la moda por sus excelentes creaciones, por esta razón ahora podía disfrutar de contar con tres boutiques muy asediadas, por cierto, la ropa que ofrecía era de buena calidad y sus muchos clientes podían dar fe de ello.

Tomo su juego de llaves donde estaban el del auto y el del departamento, se bañó en su perfume exótico y bajo al primer piso viendo de reojo como Hoseok aún seguía viendo la TV, le restó importancia a su existencia y salió del lugar.

Subió al ascensor mandándolo hasta el piso de la cochera y cuando hubo llegado subió a su auto para dirigirse a la discoteca donde se aseguraría de hallar un hombre que le dé el placer que su esposo había dejado de ofrecerle.

****

Sin pensarlo, ni buscarlo, pasaron seis meses desde que su "esposo" dejo de prestarle la debida atención que merecía, con decir que, si Taehyung follaba con otro hombre o mujer en el cuarto -que dejaron de compartir- y Yoongi estaba en la sala, este ni cuenta. Y bien, no se puede negar que en principio la actitud fría y distante de su esposo le dolió, pero ahora el también actuaba así hacia Yoongi y le daba igual lo que el chico blanco hiciera con su vida.

- Yoongi necesito tomates para cena, por favor ve al... -

- No puedo, estoy por salir - este no lo dejo decir más y tomo las llaves de su auto para dirigirse a la cochera.

- Podrías al menos avisar que no vas cenar - le dijo con cara fulminante, eso le pasaba por buena gente que no puede negarle comida a nadie, su mama siempre le dijo eso.

Los infielesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora