Los infieles

La familia "Park" pt.2

Capítulo 7:

Jimin agradeció internamente que sea sábado y podría regresar a descansar más temprano de lo normal. Y aunque moría por seguir acostado en su cómoda cama, tenía responsabilidades que asumir en el día y no podía ponerse de vago por el simple hecho de haber regresado a casa más tarde de lo planeado, por culpa de cierta persona.

El chico de pene grande, a.k.a Min Yoongi.

O bueno, ese era el apodo con el que quería recordar a ese hombre, pero mejor no divagar con él por ahora.

Eran las 8:00 am cuando despertó gracias a la llamada de su siempre tan inoportuno progenitor, así es, Taemin llamó a su hijo para darle ciertas indicaciones sobre verse hoy. Pero no logro entender mucho gracias a la pesadez, cansancio y falta de sueño, aun así, aceptó lo que fuere que esté planeando su madre.

Después de tomar una ducha y cambiarse, bajó al comedor para preparar un desayuno rápido y saludable. Mientras ingería sus alimentos su teléfono sonó por una llamada entrante y por instinto en su rostro se dibujó una sonrisa.

"Hola papá ¿Cómo estás?"

"Bien hijo, tengo muchas ganas de verte"

"Tenemos", se oyó una tercera voz.

"Mami te llamó hace un rato

pero dijo que estabas con un pie

en el séptimo cielo, por ello

me pidió volver a llamarte hijo"

"Uh, sí. Yo no dormí bien, pero logré

entender lo del almuerzo de hoy.

Mamá repitió mucho la hora y el lugar"

"Si mi niño, él no quiere que lo olvides o

llegues tarde al restaurante que reservamos"

"Vale, nos vemos allá, los amo"

"Yo también te amo Jiminie" dijo Taemin.

"Nos vemos al rato bebé, cuídate, te amo"

Jimin podría tener ser un adulto ya casado, pero siempre fue un niño mimado, ser hijo único tenía muchas ventajas. Pero no sería correcto decir que era un hombre infantil a su edad, a pesar de dejar de vivir con sus padres desde hace unos años, el calor parental no se podría esfumar nunca. Sus padres aún lo llamaban cariñosamente como cuando era un niño, sobre todo su papá.

Siempre fue y será el engreído de Park Minho.

Y no le incomodaba que sus padres lo traten de manera mimosa, al contrario, siempre le agradó aquello porque sabían cuándo y cómo hacerlo.

Jimin salió de casa muy animado después de la charla con su padre para dirigirse a su estudio de confecciones. Tenía un desfile a la vista, pero no andaba con el pendiente puesto que la responsabilidad la tenía tatuada en la frente literalmente, por lo que siempre iba un paso adelante con todo lo relacionado al diseño y confección, incluso con los posibles cambios que se puedan presentar.

Y no solo se le avecinaba un desfile, sino una boda. Y aunque para Jimin la palabra matrimonio no era muy bonito de mencionar precisamente en los últimos meses, no podía ser malo y apagar la felicidad que vivía Seokjin, su confidente y amigo. Al contrario, compartía la felicidad del mayor y hasta tenía cierta envidia sana de él.