Parte 6

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Para cuando llegaron a su casa, Harry estaba dormido. Louis intentó despertarlo, pero Harry abrió sus ojos y le murmuró que no deseaba entrar a su hogar. Sorprendido y quizá siendo egoísta al desear no separarse de Harry, Louis condujo hasta su propia casa. 

Al llegar y despertar a Harry nuevamente, la historia fue otra. 

- Lou, debo regresar a casa. Llévame.

- Pensé que habías dicho que no querías estar allí. 

- Yo... Yo no -Harry frotó sus ojos con fuerza-. Debí hablar dormido. 

- Escucha, Hazz, es tarde, puedes quedarte aquí y mañana a primera hora te llevaré. 

- Ya llegó, Louis, se enojará.

- Si quieres ir, te llevaré, pero no crees que en ese caso sería bueno retrasar el enfado -preguntó, con la esperanza de conversar con Harry hasta que ambos se quedaran dormidos. 

- Um, sí... Supongo... Sí, está bien -musitó con cansancio. 

Louis los condujo hasta su habitación y Harry se recostó de inmediato. Su remera se elevó unos centímetros y parte de su abdomen quedó revelado.

No fue su piel lo que le llamó la atención, sin embargo, sino aquellas extrañas y pequeñas cicatrices sobre el hueso de su cadera. 

Se acostó a un lado de él. Se sostuvo con su codo y paseó la vista desde el moretón debajo del ojo hasta las cicatrices en la cadera.

 - ¿Quién va a enojarse, Harry? -decidió preguntar. 

- Él.

Los ojos verdes del chico chocaron contra los suyos. Asintió intentando no fruncir el ceño. Estiró la  mano y la enterró en sus rizos.

- Estás borracho, Hazz -asumió confundido. 

El rizado cerró los ojos y suspiró mientras sus dedos avanzaban y retrocedían por su cuero cabelludo.

- No lo estoy, Lou. 

Louis lo sabía, dos chupitos podían desestabilizar a alguien, pero no lograban poner ebrio a nadie. Aquella confirmación aumentaba su confusión ante las palabras del otro chico. 

- Bien, puedes dormir aquí y yo dormiré en una cama que sacaré de aquí abajo y mañana cuando despiertes te llevaré a tu casa. ¿De acuerdo, Harry?

Harry asintió, aún sin abrir los ojos, recostando la cabeza hacia su mano.

Se acostó de cara a él y volvió a observar su abdomen. A pesar de las cicatrices, era perfecto. Su mano se movió sola hacia allí, pasando la yema de sus dedos por la franja de piel justo encima de su vientre.

La piel de Harry se erizó causando un escalofrío en él. 

- Lo siento -se disculpó. Había reaccionado por impulso y sabía que no debía tocar a alguien sin preguntar antes. 

- Sigue -fue una respuesta corta y alborotada, pero bastó para mover su mundo.

- ¿Qué?

- N-no me molesta. ¿Puedes hacer eso de nuevo? 

Las mejillas de Harry eran de un color rojo, casi bordó. Louis mordió su labio mientras volvía a llevar su mano hacia la cálida piel.

Enredó un rizo en su dedo índice mientras su otra mano se adentraba debajo de la camiseta, recorriendo lenta y tímidamente su suave abdomen. El gesto era más una caricia que algo obsceno. 

Harry mantuvo sus ojos cerrados. Soltó suspiros con sus labios entreabiertos. 

Louis tragó fuerte, carraspeando para llamar su atención.

- Harry.

El aludido murmuró algo, abriendo un poco los ojos.

- ¿Estás bien con esto? -cuestionó, llevando los dedos desde el botón de su pantalón hasta el inicio de su estómago. Quería estar seguro de hallarse ambos en la misma página. 

Las pestañas de Harry revolotearon mientras asentía en silencio.

- ¿Puedo besarte, Hazz? 

Harry lo miró en silencio, temblando suave debajo de él.

Luego de lentos segundos, asintió. 

Acercó su rostro hacia él y quitó la mano de su abdomen para posarla sobre su mejilla.

Harry seguía en silencio, respirando acelerado mientras lo sentía cada vez mas cerca. Finalmente sus bocas se tocaron, sus labios eran suaves y efectivamente sabían a frutilla, a Harry. Y en este momento también a vodka.

La parsimonia en los labios del rizado estaba volviéndolo loco. Volvió a arrastrar la mano por su cadera mientras con la lengua delineaba el labio inferior de Harry, consiguiendo la apertura y el movimiento que deseaba.

Harry tembló incluso más, pero continuó moviendo sus labios despacio, con suavidad. Forzó un beso lento y pausado, volviéndolo, ahora sí, completamente loco.

Lo desarmaba su ternura, la capacidad única de transmitir amor que tenía.

Separó sus labios cuando noto la falta de aire en Harry, quien abrió sus ojos en cuanto el contacto se rompió.

Sonrió logrando que se ruborizara. Llevó la mano a su barbilla y giró su rostro lo suficiente para que vuelva a mirarlo.

- Eres hermoso -murmuró antes de dejar un corto beso sobre sus labios-. Duerme ahora, bebé. 

Harry se acurrucó contra él. Lo recibió gustoso, envolviéndolo con sus brazos, acunando su cabeza en su pecho. 

Abuse | L.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora