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Parte 11

Esperó encontrarse con Harry en el horario de entrada, pero el rizado nunca apareció y decidió entrar. Supuso que sus horarios eran distintos aquel día.

Pero tampoco lo vio durante las horas de música y había observado que Harry jamás perdía esa clase. Corrió detrás de Liam, alcanzándolo en su casillero.

- Hey, Liam.

El castaño volteó dedicándole una tímida sonrisa.

- Qué hay, Louis.

- No quiero molestarte. Es que supuse que sabrías dónde hallar a Harry.

Liam bajó el rostro y miró con ansiedad la pantalla de su móvil.

- ¿Qué? ¿Está escondiéndose de mí nuevamente?

- Él no me aviso que no vendría.

- ¿Qué quieres decir?

- Si pasa algo él me avisa.

- Quizá fue por lo sucedido ayer.

- ¿Ayer? ¿Qué pasó ayer?

- Bueno -se vio incómodo ante el miedo en Liam-, le ha pasado algo horrible en el club, lo vi a tiempo y pude ayudarlo. No debo ser yo quien te lo cuente. He hablado con su padre y dijo que no volvería a pasar.

- ¿Con su padre? Maldición Louis, ¿tienes auto? -asintió, entendiendo cada vez menos-. Llévame a su casa.

Corrió intentando seguir los pasos de Liam, indicándole a los gritos cuál era su auto.

- ¿Puedes decirme qué sucede?

Preguntó confundido mientras conducía a toda prisa, tal como lo había pedido Liam.

- Su padre, Louis. Él es quien maneja todo.

- ¿Qué...Qué es todo?

- Todo, Louis.

Entonces lo entendió y se sintió la persona más idiota sobre la tierra.

Harry se lo había dicho. "Él", le decía. Estaba más que claro, pero no supo verlo.

- Creí que estaba ayudando. Por Dios Liam, yo no sabía.

- Descuida. No es tu culpa.

Pero si lo era, había dejado a Harry junto a su peor pesadilla. Lejos de ayudarlo, sólo lo aproximó más a su dolor.

Algo se contrajo en su interior, giró hacia Liam quien soltaba insultos a su teléfono.

- ¿A quién llamas?

- A la madre de Harry.

- ¿Su madre? Dijo que estaba desaparecida, que lo había abandonado.

Estaba seguro que esas habían sido las palabras de Harry en el bar. 

- Eso cree Harry, Louis.

Quiso preguntar, pero Liam había sido atendido y se hallaba narrando los hechos a la madre de Harry.

Para cuando llegaron a la casa del menor, el auto de su padre no estaba y Louis agradeció aquello.

Corrió hacia la puerta e intentó abrirla, pero se hallaba cerrada y el impacto de su puño contra ella le dolió menos que el corazón en aquel momento.

- Sal -ordenó Liam, cogiendo una llave de su bolsillo.

- ¿Tienes una copia?

- No es la primera vez que debo venir por él, Louis.

Su pecho punzó y pudo jurar que dejó de respirar ante la imagen de un inconsciente Harry hecho un ovillo debajo de la escalera con la misma ropa de ayer, sólo que la remera ahora tenía diversas manchas rojas al igual que su rostro. 

Se agachó junto a él, intentando ver a través de las lágrimas.

- Pequeño, lo siento, perdóname -corrió los rizos de su rostro y se sorprendió ante la cantidad de sangre que cubría su nariz y la aureola morada que rodeaba su ojo-. Reacciona Harry, por favor.

- Tranquilo, está vivo -un acostumbrado Liam sostenía la muñeca de su amigo y pasaba su pulgar por el dorso de la misma.