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Parte 8

No vio a Harry el domingo durante el partido, tampoco lo vio el lunes en el instituto y estaba empezando a preocuparse de no verlo tampoco hoy martes, hasta que una cabellera de abundantes rizos recostada sobre un banco llamó su atención.

Relajó sus músculos y se dirigió hacia dentro del aula, sin importarle las miradas curiosas del resto de los alumnos.

Se paró frente a él, posó la mano en su hombro e incitó a que levantara el rostro.

- Hey, ¿dónde estabas metido? -preguntó.

Harry lo miró, inexpresivo.

- ¿Estás bien? -insistió en cuestionar. 

- Louis -la voz de Liam sonó a sus espaldas.

Volteó, quedando ante la atenta mirada de su profesora de historia.

- ¿Necesita algo?

Negó, apresurando sus pasos hacia la salida. Miró por última vez a Harry, quien se hallaba colorado con sus ojos fijos en Liam.

-x-

Harry parecía desaparecer por algún recoveco del establecimiento.

Había recorrido los dos pisos del instituto durante el primer descanso sin la suerte de hallarlo. Faltaban pocos minutos para que termine el último receso entre horas y todavía caminaba por los pasillos sin ver la esbelta anatomía del muchacho.

Sólo le faltaba revisar la biblioteca, porque también caminó por toda la cafetería e incluso abrió todas las puertas del baño, pero seguía sin hallarlo y comenzaba a desesperarse.

Por algún motivo se escondía de él y aquello le dolía. Lo supo en cuanto vio a Liam caminando sigiloso hacia la biblioteca, efectivamente, mirando a su alrededor.

Lo siguió, manteniendo distancia entre ambos, hasta verlo sentarse solo sobre una mesa.

Caminó hacia él, algo confundido por la ausencia de Harry.

- Liam.

El aludido levantó el rostro del libro que leía.

- ¿Sí, Louis?

- ¿Dónde está Harry?

- No lo sé.

Rodó los ojos, molesto ante la obvia mentira del castaño.

- Liam, sé que lo sabes. Solo quiero hablar con él. ¿Por qué se esconde?

- Puede que no quiera hablar contigo -se quedó en silencio. Harry había dicho que todo estaba bien, pero entonces no lo estaba-. Lo siento, lo que quiero decir es que quizá Harry no puede hacer esto ahora.

Comenzaba a molestarse ¿Por qué era Liam quien le decía aquello?

- ¿Sabes, Liam, por qué estoy hablando esto contigo?

- En ese caso, no debo ser yo quien te lo diga.

Quería llorar, estaba seguro de aquello. Sentía bronca y dolor. No conocía a Harry hace mucho, pero el chico había logrado ser alguien en su interior. No podía explicarlo, sólo sentía algo por él y quería tenerlo cerca, borrar el miedo que veía en sus ojos.

- Dile a Harry que si no quiere algo conmigo me lo haga saber y entonces nunca más volverá a verme.

El timbre sonó, haciéndole saber que debía ingresar a las últimas dos horas del día. Iba a hacerlo, pero la voz del rizado a sus espaldas paralizó su cuerpo.

- No quiero nada contigo, Louis.

Lo vio alejarse sin detenerse a mirarlo, con Liam siguiendo sus pasos. Cuando ya no pudo verlo, dejó que una lágrima rodase por su mejilla.