Un Romance Alterno | EN EDICION

Puntos rojos.

Sentimos encontrados, decepciones amorosas, falta de apoyo de parte de sus amigos. Eran esas y un montón de cosas más lo que rodeaban en la cabeza del chico de baja estatura.
Al levantarse de aquella mesa en el comedor no supo que hacer, le era incomodo estar en cualquier lugar: todos le miraban, y sin duda, era una de las cosas que más odiaba.
El azabache tenía la mala suerte de ser popular, no importaba cual fuese la fama que tuviese en esa época: si por golpearse con alguien, si por salir con cierta chica, porque completaba el dúo más extraño de la escuela o si simplemente se veía enfermo. Por cualquier cosa, su nombre estaba en las voces de todo, y sin duda alguna lo odiaba. Ir haciendo su muletilla de "tch" que solía hacer cada 5 segundos no le era ni como a él ni cómodo para los que lo miraban.
Sin embargo su única escapatoria eran sus amigos y Hanji.
No podía ir a los baños, eran horriblemente asquerosos.
Tampoco podía pisar la biblioteca sin Hanji, llamaría mucho la atención.
Y por su estado emocional, no era una buena idea ir al estacionamiento en esos días.
Así que la opción más razonable para Levi era salir al patio que estaba junto a la entrada. Era el otro lugar de ellos cuando no era la mesa del comedor. Y sus planes de ir debajo del árbol se echaron a perder cuando miro como Petra, Gunter, Erd y Aurou estaban ahí.
Era peor que ir con sus amigos, ellos eran íntimos también de él, por lo que no dudarían en preguntarle si tendría algo o si por que no está con sus otras amistades o porque no había ido los últimos días. Y aunque sabía que le tenían el miedo suficiente como para callarlos solo una vez, conocía bien a Aurou, y sabía que era demasiado ocurrente como para seguir hablando sobre esos temas hasta incomodar a todos, y lo que menos quería era eso.
En una gran desesperación por saber que hacer, el azabache miro a los lados buscando algún espacio apartado de la gente, sin embargo, como si Dios le hubiese lanzado un rayo de luz, vio a su trio favorito: Eren Jaeger, Armin Arlelt y la otra chica, la cual nunca podía recordar su nombre.
Con toda la confianza del mundo se encamino hacía ellos, no creía que un par de chicos de segundo le negarían acercarse.
Y sin ninguna pena solo llego y se puso junto a ellos, poniendo los pelos de punta de Armin y Eren. Enseguida, el trio de chicos guardo silencio e intercambiaron miradas, como si con eso se estuviesen preguntando entre ellos que hacía un sempai como Levi con ellos.

–Ustedes... –Con eso fue suficiente para ponerle los pelos de punta al par de chicos. –¿No hablan en los recesos?

Confundidos, el trio intercambio miradas de nuevo.

–Quiero decir, vengo y se callan de inmediato. ¿Les incomoda mi presencia?

–¡No claro que no! –Respondieron enseguida el dúo, dejando detrás a la chica. –Solo que... ¿Qué hace aquí? –Pregunto el castaño.

–Tenía ganas de hablar con mi trio favorito... -Miro a Mikasa un momento –Bueno, dúo...

Y tras dicho eso la "platica" comenzó, bueno, si se le podía llamar así. El trio de segundo conversaban entre ellos, intentando explicar las cosas de las que hablaban a Levi. Este en cambio solo les escuchaba, en el fondo intentaba mantener la atención y un interés en lo que hablaban, pero su mente estaba hecha un lio total y no podía entender ni un poco lo que decían.
De momento, en medio de una plática sobre un futuro viaje a la playa de los jóvenes le llego un mensaje a Levi: sonando el tono como el chocar unas copas tomo su teléfono y miro la bandeja de mensajes.
Era de Erwin.
El tema era "eres un loco".
Le llamo la atención, sin duda. Pero tenía miedo de abrirlo, podía significar cualquier cosa, y con la escapada que se había dado unos minutos atrás, le dio miedo pensar que serían una gran de insultos. Suficiente era con perder una amiga de la infancia a la cual amaba, ahora dos, no podría con eso.
Pero lo abrió, el no temía a nada realmente, en el fondo sabía que podría con eso. Creía en si mismo, como los demás lo hacían en él.
"Realmente estás loco, Levi. ¿Por qué te fuiste así como así? Nadie tiene nada en contra tuya, ni siquiera Hanji, amigo. Pero ese no es el caso... Hay una fiesta esta noche, y hace un tiempo ya que no vamos a una, ¿Qué dices? ¿Vienes con nosotros? Aunque si quieres, ven a aparte, sin tener que aguantarnos (8
Te mando los datos."
Fácil, para cualquier persona, lo que más hubiese marcado en ese mensaje sería la invitación a la fiesta, o la posible vergüenza de haber hecho una escena unos minutos atrás. Pero no para Levi.
Lo que más noto en ese mensaje, era lo que más le importaba. El nombre de Hanji.
"Ni siquiera Hanji"
¿Qué quería decir con eso?
Tenía dos opciones.
1- Quizá se refería a que Hanji no le desagradaba del todo él. Quizá solo de manera romántica.
2- Lo decía para que no se sintiese más.
O incluso podría referirse a que ella quería aun ser amiga de él.
Pero fuese lo que fuese, no lo sabría nunca. Y en esos momentos, no podía pensar nada lógico sobre ella. La había perdido, y él creía que era todo. Porque así lo había dejado ella.
Pero para distraerse un poco, e intentar no pensar en la vergüenza que acababa de tener, pensó en el tema de la fiesta.
Para Levi no era muy común salir a ese tipo de lugares sin Hanji. Como siempre, había algunas chicas que le hacían miradas -o incluso proposiciones- algo indecentes*. Además llegar con o sin Erwin y Mike le incomodaba. Junto a ellos el quedaba algo mal fuera de la escuela, eran altos, rubios y se veían (a plena vista) más fuertes que él. Por lo que en un lugar donde no lo conocían, quedaba como el conejillo de indias del par.
Pero de cierta manera era buena idea. Habría chicas. Posiblemente alcohol.
Era un buen lugar para olvidar lo que había pasado días anteriores, e incluso, aunque le doliese mucho pensarlos, olvidar a Hanji. Superar, más rápido de lo necesario, ese primer amor. Bien decían "el primer amor nunca funciona, aunque no se olvide".