10 - Momentos...

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Cuando llego de la universidad me tiro al sofá y cierro mis ojos. Un examen más y estoy libre por un mes, me despojo de mi ropa y cuando voy a entrar al baño escucho el timbre, suspiro resignada y me envuelvo la toalla para atender.

Cuando abro la puerta con una mano, la toalla se me escapa pero consigo atraparla a la altura de mis caderas, vuelvo a colocarla en su lugar y miro a la persona que está del otro lado de la puerta. Mis mejillas se vuelven rojas cuando veo unas piernas tatuadas, no, no, no puede ser.

--Hola –susurro totalmente avergonzada ¡tierra trágame!-

-- Hola –se aclara la garganta.- Em... ¿tienes tiempo? Necesito una ayuda femenina...

-- Estaba por ducharme –agarro con fuerza la toalla, no quiero que se me caiga de nuevo.- ¿Es algo muy urgente? –el niega.-

-- Como eres la única persona de mi edad de este piso –sonríe y se acerca.- Por no decir que eres la única menor de 60 años –yo sonrio.- ¿Puedes ayudarme? –yo asiento, quiero que se vaya para poder digerir todo esto.- Genial, vivo aquí al lado. Dejare la puerta abierta, puedes entrar cuando estes pronta –yo asiento porque estoy muda, mi cerebro se derritió por la situación.- Nos vemos Lily.

Después de darme une ducha muy demorada, no quería verlo. Iba a morir de vergüenza por 10 años seguidos, estoy segura que debe pensar que soy una ofrecida, digo, la segunda vez que lo veo y me vio desnuda de la cintura para arriba. Intento vestirme con la peor ropa que tengo, una camiseta ancha y un par de jean rotos con unas vans, cualquier cosa que él no piense que quiero tirarme encima de él (tal vez quiera, pero no de esa manera).

--Stephen! –grito cuando entro en su apartamento, es igual al mio, así que voy directo a la parte de las habitaciones.- Steph... -me freno al verlo agachado buscando algo en el suelo.-

-- Hola Lily –me dice sin mirarme.- Perdí el pircing de mi nariz... -sacude su cabeza y se levanta, cuando pasa por mi puedo olfatear un olor a limón, seguramente sea su jabón. Diablos, siempre huele así?.- Vamos.

Lo sigo hasta la sala y básicamente necesitaba mi ayuda para elegir unos tejidos y colores para unas cortinas, la mujer que decora habitaciones vendría por la tarde y él debería tener todo elegido. Pasamos un rato discutiendo entre un azul y un celeste, para él era lo mismo... hombres.

Cuando llega la hora del almuerzo, él me pregunta si quiero almorzar con el, estoy tentada en decirle que si, pero se que Madinson viene ahora a llevar sus cosas.

--lo siento, mi amiga viene a buscar unas cosas... -camino hacia la puerta y me paro en el pasillo.- Otro día.

-- Vives con una amiga? –yo asiento.-

-- Bueno, a partir de hoy viviré sola. –me encojo de hombros.- Adios Stephen.

-- Hey, realmente te llamas Lily? –suspira.- Es que... creo que... no, nada, adiós. –lo miro confusa pero el no me deja pensar cuando cierra la puerta. Me cerró la puerta en la cara, ok.-

Caroline. |Stephen J.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora