Caroline. |Stephen J.|

15 - ¡Por fin!

Se había pasado una semana desde mi encuentro intimo con Stephen, no habíamos pasado de los besos y caricias estos días. Creo que aquel encuentro fue una explosión de calor y frustración sexual entre los dos, había muchos toques y palabras que encendian el fuego, y aquel día explotó la bomba.

Hoy era sábado y el bar estaba repleto de gente, mañana el bar cerraría por una semana, Dan se iría a Londres con Stephen ya que la otra semana iba a haber un cambio en los horarios.

Yo ya tenía mi pasaje para ir a ver a papá y a Clara. Hacia mas de 2 meses que no iba porque no tenía tiempo, no podía dejar a Dan tirado un fin de semana y tampoco podía faltar a la facultad los días de semana. Era complicado.

Dan se sienta frente a mi y yo inmediatamente le preparon un vaso de whisky con mucho hielo, el agradece en silencio y mira a Mad bailar. Me sorprende ver la cara de cansado que tiene, aquel brillo en sus ojos ya no está. ¿Qué pasa entre estos dos?

--¿Estas bien? –pregunto y tomo su mano por encima de la barra para llamar su atención.-

-- Esto cansado, solo eso –yo asiento poco convencida y miro a Mad justo cuando todo el bar grita, ella esta con un top y una pollera minúscula; veo como Dan se tensa y larga un suspiro pesado.- La voy a matar...

Veo como ella se baja del palco –cosa que no está permitido- y camina hacia nosotros, hacía Dan para ser exactos. Sonrío cuando ella se para frente a el y toma su mano, tira hasta que él se para y camina nuevamente al escenario con Dan protestando desde atrás.

Toma una silla y hace que Dan se siente, inmeditamente tira su mini pollera a un lado quedando solo con unas diminutas bragas. ¿A que juega Madinson?. Comienza a bailarle a Dan y yo carcajeo, la gente grita y veo a Dan quedar rojo cuando ella se sienta sobre su regazo.

Sé que Dan no lo va a echar a perder la oportunidad y por eso pone sus manos sobre sus nalgas, acaricia mientras ella sigue bailando sobre él. Veo como él le dice algunas cosas al oído y ella solo sonríe, cuando termina la música, las luces se apagan y puedo ver como Mad estampa sus labios con los de Dan. Quiero chillar de tanta emoción, ¡por fin!. Las cortinas se corren y yo miro a Stephen sonriendo, el alza una ceja y yo chillo y doy unos saltitos.

--¡Por fin! –el carcajea y yo trato de calmarme.-

--¿Ahora eres cupido? –me pregunta y yo niego.-

-- Nunca me metí entre ellos! –me encojo de hombros.- Solo... le di un empujoncito a Mad.