Capítulo 5

1K 86 11
                                    

Peeta.

El dolor de las corrientes de energía que pasan violentamente por mi cuerpo no es nada comparado con el que siente mi alma.

Lo intenté, Dios sabe cuánto, quise sacarlas a ambas de allí, quise que salieran con vida.

No lo logré.

Me pregunto cómo habrán muerto, si fue el campo de fuerza que vi caer, si fue Brutus o incluso Enobaria, si Johanna, después de pensárselo decidió asesinarla o si murió de algo más. Si agonizó, si la pequeña murió poco después de ella, si pensó en mí antes de morir o si creía que me iba a encontrar en el lugar mágico en el que está ahora.

La extraño más de lo que extrañaría el agua en un desierto.

Desde que llegué aquí he tenido pesadillas acerca de cómo pudo haber muerto. Las torturas diarias, variadas cada día, me dejan lo suficientemente débil cómo para morir al instante. Pero cada vez que me siento desfallecer, me dan un suero púrpura que me "devuelve las energías" al instante. No me quieren ver muerto, me quieren ver sufriendo.

Annie y yo mantenemos una relación más cercana ahora, hablamos sobre eufemismos para pasar el tiempo e intentamos darle calor al otro.

Las torturas de ella son menos recurrentes y menos peligrosas: suelen dejarla 3 minutos bajo el agua, le han quitado ya, de raíz, unas 4 uñas y la han azotado varias veces, curiosamente nunca en su vientre.

Para cuando mi tortura termina me dan el maldito suero, que siempre me niego a recibir al principio, y me atan a una silla adherida al suelo de una habitacíón completamente blanca, con un proyector frente a mí.

Segundos después Snow entra a la pequeña habitación, y se queda de pie junto a mí.

- Buenas tardes, señor Mellark.

No hay respuesta.

- se preguntará por que estoy aquí, ¿no es así?.

- lo único que me pregunto es, ¿por qué no me asesina de una buena vez?

- no lo merece, necesito que sufra, debe pagar por traicionar a su nación.

- ¿traición a mi nación?, lo único que hice fue darles esperanza, ¿le parece eso traición?.

- por supuesto que sí, creí que lo entendía. Si hay esperanza no hay equidad.

Me analiza unos segundos.

- bueno, a lo que vinimos - dice aparentemente emocionado - vengo hoy aquí para hacerle un gran favor, mejor dicho, aclararle una duda.

Lo miro extrañado.

- sé que estos días lo único que ha podido pensar en en cómo pudo haber muerto Katniss Everdeen, así se que lo mostraré.

Trago en seco.

- de acuerdo, hagámoslo.

Locked inside myself (Sinsajo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora