Locked inside myself (Sinsajo)

Capítulo 11

Katniss

Me han dado de alta.

Se decidió que no tengo nada más qué hacer en el hospital, mi hija y yo estamos lo suficientemente estables para mantenernos en el mundo real.

Se me dieron instrucciones claras que ayudarán a la mejora de la bebé: no puedo correr, cazar, levantar cosas ni hacer nada por el estilo.

Johanna fue quién me acompañó en mi salida del hospital, un agente nos esperaba en la puerta para indicarme cuál sería mi habitación.

Hubo una pequeña discución, ya que mi apellido de casada es Mellark, pero en los registros del distrito soy Katniss Everdeen; al final se me preguntó a qué habitación quería ir, y preferí ir con mi madre y hermana, ya que de lo contrario habría tenido que ir sola a una habitación.

Al llegar, me encuentro con mi madre y Prim, expectantes a mi llegada; al verme, se lanzan a mi encuentro, y yo lo hago también.

Mi madre, especialmente, se muestra emocional al verme; teniendo en cuenta que estuvimos distanciadas meses antes de entrar a la arena, y de que casi muero allí, es entendible.

- sabía que lo lograrías - me dice acariciando mi rostro con extrema dulzura.

Yo le sonrío verdaderamente, inclinando mi rostro hacia su mano.

- eres una madre ejemplar, hija, demostraste valentía y preocupación, me enorgulloces.

- y a mí - añade Prim.

Sonrío acercándome a ella.

Ella me abraza y yo a ella, compartimos algunas palabras de afecto y luego ella acaricia a mi hija.

- Logré covencer a Gale de hablar con Coin.

- ¿y qué ha dicho?

- sólo dijo que quiere hablar con la chica a la que se vio obligada a salvar.
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- ¿puedes contarme más?, digo, sé que está viva, porque aún te ves como una ballena, pero quiero saber cómo.

- las píldoras, Finnick.

- ¿te imaginas si te hubiera dado el rayo? - se acerca a mi vientre - esta cosita babosa no se encontraría allí dentro.

- Lo sé, no encuentro manera de pagarte por salvarnos la vida.

- No fue nada, sólo una parálisis momentánea y una cicatríz en forma de rayo a lo largo de mi espalda.

Río.

La salud mental de Finnick mejora, ahora soy parte de su tratamiento, debo venir a verlo tres veces por semana (aunque en realidad vengo todos los días) y simplemente estar con él.

La compañía mutua nos ayuda a curarnos, nos queremos cómo hermanos, y nos molestamos como tales.

Además, su compañía y la de Johanna, que se ha vuelto un grano en el culo del que no me quiero deshacer, me distrae y sana, me evita pensar y me obliga a vivir.

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¡Hola!

Me gustaría escucharlos, saber sobre ustedes; si tienen una idea que podría ser llevada a cabo en la historia o en futuras historias, o si quieren que les deje un saludo por aquí, háganmelo saber en mi Inbox.