Capitulo 19

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-Escúcheme bien anciano, no me importa lo que tenga que hacer, conseguiré apoderarme de este asqueroso planeta y destruirlo con mis propias manos, así nadie mas tendrá que sufrir dentro de esta escoria a la que hozan llamar hogar- sus palabras fueron directas he inmutables igual como su rostro que permanecía neutro ante tales hozadas palabras que habían escapado de su labios, el hombre examino sus rasgos con rapidez recordando los tiempo en los que la mujer tenia un corazon tan puro como y mirada tan amable que la habían hecho digna de portar una de las piezas mas poderosas que pudieran existir en la tierra.

-Bueno, para lograrlo, le hace una falta una pieza mas ¿o me equivoco?- espeto con una ligera sonrisa observando como aquella expresión neutra que su acompañante portaba, se volvía una mirada de completo enojo que en otras circunstancias, provocarían que el se doblegara, sus manos se mantenían postradas sobre su regazo sin inmutarse por los gruñidos que la mujer lanzaba, se sentía culpable pues sabia que todo aquello era su culpa, su responsabilidad, pero el no era capaz de arreglarlo.

"Al final, lo único que puedo hacer es otorgar el poder a otra persona, esperando que esta lo arregle por mi"

-Oh, por ese viejo anillo ni te preocupes, el niño es un inútil, no entiendo porque lo elegiste en primer lugar- sus palabras fueron como dagas que se clavaron en su pecho, recordaba aquellas mismas palabras haber salido de una boca completamente diferente pero con la misma finalidad de destruirlo, se limito a observar a la mujer desde detrás de aquellos barrotes de acero de donde se le había colocado,suspiro ligeramente sabiendo que aquella batalla verbal era mas que inútil mas el observar la sonrisa socarrona que se encontraba en su rostro le provocaba un amplio malestar y enojo.

-Te recuerdo que es tu hijo del que estas hablando, Charlotte- la molestia era notable en sus palabras, quería golpear aquellos barrotes con sus puños mas con la presencia de la fémina en la sala se le hacia imposible, la mujer lo observo sin expresión alguna solo para observar aquel enojo que recorría al anciano como un remolino de emociones encontradas, sonrió ligeramente antes de delinear los barrotes con sus dedos.

-Ese bastardo, desearía poder quitar cualquier rastro de AND mio que se encontrara en su sangre, el no es digno de ser llamado mi hijo, ni siquiera mi familia- espeto con rabia acariciando los barrotes de metal, sus ojos carecían de aquel brillo que el recordaba la diferenciaba de los demás, le dolía verla de esa forma, carente de vida propia, solo un títere, y todo por su miserable culpa.

-Yo se que eso no es lo que piensas de él, recuerdo cuando me hablabas emocionada sobre tu nuevo hijo y hasta me contaste sobre la lista de nombres que tenias para el nuevo heredero, tu también lo recuerdas ¿Verdad?- un sonoro golpe a los barrotes bastaron para que el hombre callara, su antes expresión neutra se había vuelto una mueca que trataba con debilidad de ocultar el dolor que le provocaba recordar, sus labios temblaban ligeramente causando la preocupación del hombre al otro lado, quien, lentamente se acerco a los barrotes siendo rápidamente apresado por las ágiles manos de la fémina quien rió ligeramente al captar su expresión sorprendida, acerco el cuello de su camisa hacia los barrotes provocando la cercanía de sus rostros.

-Si crees que tus inútiles palabras provocaran algo en mi, te equivocas anciano, cuando tenga ese estúpido anillo, por fin seré tratada como siempre quise, seré respetada por todos en todo lugar, y nadie se interpondrá en mi sueño...¿Entendiste?- con un simple empujón, la mujer logro el estruendoso golpe del débil cuerpo del anciano contra el pavimento y junto a este, ligeras heridas sobre su piel que sabia no serian curadas, reprimió una queja mientras observaba como la mujer abandonada la habitacion victoriosa acompañada de una risa verdaderamente estruendosa no propia de su gentil forma de ser, se acerco a los barrotes con la poca fuerza que amenazaba con abandonar su cuerpo mientras se sujetaba débilmente de los tubos de metal.

Final Feliz (QDEC 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora