Iba corriendo por un pasillo con baldosas blanco y negro. Sus zapatos constantemente se deslizaban impidiéndole mantener el paso, mientras un grupo de hombres la seguía. Una maldita vida pudiendo caminar perfectamente y su coordinación motriz debía fallarle justo en ese momento. Podía escuchar los pasos acercándose. Ella intentaba con todas sus fuerzas de huír, pues si la alcanzaban, sería el fin. No iba a permitirles tal cosa.
Justo en el minuto que estaba a punto de ser descubierta, alguien la atrajo hacia un armario que se encontraba en el extremo de la sala. A pesar de la rudeza de la maniobra, chocó con una superficie suave, que calmó su ansiedad en cierta manera.
MinHo nunca se había visto tan perfecto. Incluso con todas esas prendas del armario que se interponían. Por una extraña razón, las sensaciones se exacerbaban, al punto que parecían magia; agradables e irreales. Teniéndolo cerca, con sus manos firmemente agarradas a sus brazos, sabía que nadie se atrevería a revisar en ese lugar. Que estaba segura a su lado y adoraba estarlo. Una adrenalina difícil de describir.
Se estaba acercando a su boca, mientras la molesta voz de la Sra. Choi continuaba gritando su nombre y lanzando amenazas. MinHo no se oponía en lo absoluto a....
El despertador comenzó a sonar de forma desagradable. Le tomó algo de tiempo darse cuenta que esa era su casa y todo había sido un sueño. A pesar de que los latidos de su corazón y los retorcijones en el estómago se sintieran tan reales (Tanto, que llegaban a doler)...su cara chocaba con una almohada y no con los labios de MinHo.
Pese a ser la muestra más desesperada y directa de que lo extrañaba con toda su alma, ese sueño le dio la fuerza para levantarse. Porque ya era jueves, eso significaba que pronto serían menos días.
Eran las cinco de la mañana. Desde que Hyeri se había ausentado a la guardería, Cara diariamente, acompañaba a la señora Wang al mercado, en una camioneta sumamente humilde, a comprar alimentos para los niños. Las calles de Seúl a esa hora estaban prácticamente vacías y la atmósfera daba una sensación de calma, Con frío, luces y brisa.
- Creo que eso es todo.-Cara dejó la última caja en la maletera de la camioneta y luego se dirigió a darle las gracias al joven que las había ayudado a llevar todo hasta allá.
- Caramba, cada vez nos vemos obligados a comprar menos.-La señora Wang contemplaba con tristeza el conjunto a través del vidrio.-Antes esto rebosaba de comida y cosas deliciosas. Mucha gente nos regalaba. Ufff, incluso les dábamos raciones para sus familias.
- Insisto, en que...un momento...-Cara estornudó, tapándose la nariz con ambas manos.-...debería....reclamar.
Terminó la frase estornudando nuevamente.
- ¡Aish!-Cara había vuelto a estornudar.-¡¿No te he dicho que seques bien tu cabello antes de venir aquí?!
- Cuando me haga despertar a horas decentes, tendré tiempo de secarme el cabello. Incluso podría preparar las raciones de un mes.
- ¿De un mes dices?-La chica asintió, pero volvió a estornudar- Oye, si no te quedaras platicando hasta tarde con tu novio, tendrías tiempo de sobra.
- ¡Sra. Wang! ¿Sabe cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que lo vi? Podría jurar que olvidé su rostro.
- ¿Y qué? ¿Te vas a quedar ahí pensando? Entra rápido, vamos retrasadas.-La Señora Wang le habló a través la ventana del vehículo.-¡Entra ya!
Desde que Hyeri había regresado trabajar, estaba empeñada en demostrar que Cara era un estorbo. Ese día el pleito inició porque según ella, Cara estaba resfriando a todos los niños del jardín con sus estornudos. La Sra. Wang no pudo negarlo, así que la mandaron a comprar algunos materiales al supermercado, para evitar el contacto.
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Trouble (SHINee - Choi MinHo)
Fiksi PenggemarTras años de la decepcionante despedida durante la adolescencia, MinHo y Cara viven sus vidas independientes, resguardados entre sí por kilómetros de océano y tierra. Ambos felices, con sus respectivas carreras en ascenso, hasta que un inesperado e...