Al llegar a la escuela, Felix sintió una compresión en el estómago, o mejor dicho en la "pancita", como solía decir Thomas. Sus nervios estaban a flor de piel.
El auto se estacionó en la vereda frente al edificio y Thomas se desprendió el cinturón mientras Chris volteaba a revisar al niño atrás.-¿Todo bien, campeón?
-Ahm.. s-si... eso creo papá. -contestó no muy seguro el menor.
-Lamento lo de tu libro, no había tiempo para volver a buscarlo, hijo. Íbamos a llegar tarde y lo sabías -Thomas ya se encontraba desabrochando el cinturón del niño -pero no te preocupes, mañana podrás traerlo, ¿Si? Anda, quita esa cara y diviértete.
-Tu padre tiene razón, cariño. Mañana si quieres lo traemos.
Felix asintió no muy convencido por las palabras de su padre, pero no había de otra. Tendría que aguantarse el resto del día. Para él era muy importante ese libro y no solo por su contenido. Parte de él creía que si se lo enseñaba a sus compañeros tendría la oportunidad de forjar nuevas amistades.
-Descuida, papá. Estaré bien. -El menor tomó su mochila y bajó del automóvil. Thomas iba junto a él.
Se detuvieron frente a las grandes puertas en silencio. El menor se ajustó mejor las tiras de su mochila y luego miró a su padre con sus bellos ojos azules.
-Ya tengo que irme... ¿Me extrañarás?
-Como puedes siquiera preguntarlo. Claro que te extrañaré, me harás mucha falta. -el blondo se agachó a la altura de su pequeño y lo abrazó fuertemente. Acto seguido, besó ambas mejillas y le sonrió cálidamente- Te voy a echar de menos.
-Yo también papi. -Felix lo besó en la mejilla y respiró profundamente. Era hora de enfrentarse a sus nervios y ansiedades.
-Pasaré a recogerte a la salida, ¿Si? -repuso el mayor.
-Está bien. -Thomas se irguió y acarició su cabeza con dulzura.
-Bueno, yo también debo irme, adiós cariño. -el mayor lo besó de nuevo, esta vez en la frente, y esperó a que entrara.
Las mejillas de Felix estaban rojas gracias al viento fresco de la mañana y a medida que avanzaba, se coloreaban más. Pero ni así se le quitaba lo nervioso.
Volteó a ver a sus padres cuando traspasó las puertas, y Thomas aún estaba allí con una sonrisa. En tanto Christopher, se encontraba a lo lejos saludándolo por la ventanilla del vehículo.
Con una sonrisa fingida, Felix los saludó levemente con la mano y al darse vuelta se topó con un mundo muy distinto al suyo.El largo pasillo estaba lleno de niños que iban y venían entrando en los salones, maestros que cargaban libros, y paredes llenas de afiches y dibujos.
El salón de segundo grado no estaba muy lejos. Si mal no recordaba, se encontraba al fondo del pasillo, al lado de las escaleras.Intentando pasar desapercibido Felix caminó hacia allí, aferrando nerviosamente las tiras de su mochila otra vez. Unos niños estaban fuera de la puerta a punto de entrar, pero uno de ellos se detuvo repentinamente para atar los cordones de sus zapatillas de modo que no vio al pequeño azabache acercarse.
Felix, que hasta entonces iba con la cabeza en los enormes afiches de colores sin fijarse siquiera por donde caminaba, no vio al otro niño y como consecuencia se lo llevó por delante.-Ouch... -Cayó al suelo y al levantar la mirada vio al otro niño enfrente suyo que también lo observaba sorprendido. Inmediatamente bajó la mirada avergonzado. "Esto no está saliendo como pensaba, que mal", pensó apenado.- L-lo lo siento... no te vi.
-Descuida, no es nada. -Felix vio como una sonrisa aparecía en el rostro del niño rubio. "Tiene una sonrisa amable", pensó.- Soy Peter, Peter Rogers Stark. Pero puedes decirme Pet-Pet si lo prefieres.
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Crónicas de una aventura [HIDDLESWORTH]
Fanfic-La aventura mas grande de todas, es la que vives día a día, Felix. No lo olvides.- El niño lo contempló feliz aunque no pudo reprimir el llanto. Era la despedida. -Lo sé, señor -dijo limpiándose las lágrimas- es que hubiera querido que mis padres e...