Capítulo 3: Aiden Lensherr... ¡Ese tonto!

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Felix deseaba no haber abierto la boca en aquel momento. Sabía que más tarde se la cobraría y con creces.
De un momento a otro estaba frente al pizarrón escribiendo su nombre y luego se encontraba siendo bombardeado por proyectiles de papel.

¿Qué había sucedido?

Pero claro, era él, ¿Cómo pudo olvidarlo?

¿Cómo pudo ser tan ciego para no verlo? Se sentaba prácticamente al frente junto a la ventana.

Ese tonto...

Aiden Lensherr Xavier.

Era el hijo del reconocido psicólogo Charles Xavier y el prestigioso profesor de física de la Universidad de Columbia, Erik Lensherr.

Hermanastro menor de los gemelos Wanda y Pietro Maximoff, hijos que tuvo el señor Lensherr durante su primer matrimonio antes de conocer a Xavier y divorciarse de su esposa.

Tiempo después de que se casaron tuvieron su primer y único hijo hasta la fecha, Aiden.

Ese chico era su némesis, archienemigo, como quieran llamarlo. Fue la piedra de su zapato desde jardín de niños.
Era el típico chico listo que se las daba de tierno y adorable hasta que no le agradaras, entonces ahí era cuando te convertía en su centro de burlas y acoso.

Así lo había conocido y así lo recordaría. Como el niño malo.

Más de una vez se lo dijo a sus padres y fueron citados a la escuela junto a los señores Lensherr, pero Aiden siempre se las arreglaba para parecer un angelito frente a los mayores. Sin duda era un manipulador.

No lo había visualizado cuando entró al salón junto a Peter esa mañana, quizá se había escondido para darle una sorpresa. Típico de él.
Pero eso no importaba, el problema ahora es que tendría que aguantarse al niño manipulador durante todo el año escolar.

De nuevo.

La señorita Potts había llamado a Felix a que pasara al frente. Minutos después, el azabache se encontraba relatando su historia con los ojos de los alumnos pegados a él. Sin duda era incómodo, pero parecía estar haciéndolo bien.

Antes de terminar, la señorita Potts le había dicho que escribiera su nombre en la pizarra, pues no lo había hecho al principio como los demás.
Gustoso de cumplir la tarea, Felix tomó la tiza blanca y comenzó a escribir lentamente.

F...e...l...i...x

De repente, la puerta se abrió y tras ella una mujer regordeta con lentes se encontraba llamando a la maestra. Virginia se excusó con los niños argumentando que debía salir un momento y que no tardaría, pero antes le pidió a Felix que terminara de escribir su nombre y que luego volviese a su lugar.

Fue aquel el momento elegido por cierto niño de cabello castaño e inquietos ojos azules para hacer de las suyas.

Ni siquiera había comenzado a escribir la primera letra de su apellido cuando una bolita de papel estalló contra su hombro.

"Déjalo. Ya se cansará." Se consoló a sí mismo.

El azabache intentó ignorar el golpecito y continuar con lo suyo pero enseguida una cantidad exagerada de proyectiles comenzaron a chocarle en la espalda.

—¡Oye, Odin-tonto! ¡Voltea!

No pensaba hacerle caso siquiera. No caería en ese truco de nuevo y menos después de que lo llamara "Odin-tonto", ese fue el nombre con el que lo apodaba Aiden desde jardín de niños.

Terminó de escribir su apellido rápidamente. Ese tonto había perturbado la poca paz que tenía. Solo deseaba volver a su asiento junto a Peter y esperar a la maestra lo más alejado posible de ese lelo.

Crónicas de una aventura [HIDDLESWORTH]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora