Capítulo 9: ¿Sueño o realidad?

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-¿Estás bien, Felix? -preguntó el mayor con dulce voz.

-Sí, papi, gracias.

-De acuerdo. -Thomas terminó de acobijar a su pequeño y depositó un beso en su frente- Buenas noches. Avisame si necesitas algo, ¿Sí?

-Sip, no te preocupes papi, estoy bien. Puedo dormir yo solito en mi cama. -el azabachito sonrió y Thomas sintió que todo volvía a la normalidad finalmente. El peligro había pasado y su hijo estaba de vuelta con ellos. No había nada que temer.

-Muy bien, pequeño.

-¿Papi...? -preguntó el menor dudoso. Thomas quien ya se iba, detuvo sus pasos y volvió su atención a su primogénito.- ¿Tengo que ir mañana a la escuela?

El ojiazul mayor sonrió comprensivamente. De seguro su hijo estaba pensando en los recientes hechos. No iba a ser fácil olvidarlo y tener que volver a clases luego de una situación así... bueno, quizás era algo precipitado aún.

Después de todo, era un niño pequeño y él más que nada, quería evitar que esto se convirtiera en un trauma permanente. Pero por ahora, sería comprensivo y lo dejaría pasar. Al menos hasta que el susto y los malos recuerdos quedasen atrás.

-Solo si tu quieres. Dime, ¿Aún estás asustado?

-... -el niño agachó la mirada un momento, meditando sus palabras.- Bueno... yo... No realmente. Sabes papi, el señor Stark fue muy valiente al salvarnos hoy. Y yo... pues me gustaría ser como él algún día y no tenerle miedo a los tipos malos. Así sería capaz de defendernos a Pet y a mí la próxima vez.

-Esta bien, mi amor. No te preocupes, para mí ya eres un niño valiente.

-P-pero... lloré y no hice nada por ayudar al señor Stark, ni a Pet... -Thomas distinguió por el tono de su voz y el brillo de sus ojos, que Felix estaba angustiado y a punto de llorar. No soportaba cuando eso sucedía, ver llorar a su hijo lo hacía querer llorar a él también.

-Oye, pequeño... mírame. -el mayor tomó el rostro del niño en sus manos acariciándole las mejillas suavemente. Felix solo atinó a mirarlo atento, haciendo un esfuerzo para no romper en llanto frente a su padre.- Se que tuviste miedo hijo, es normal. Estuviste en una situación de riesgo. Cualquiera hubiera estado asustado, incluso tu padre y yo. Y llorar, yo también lo hice al enterarme de tu desaparición. Lloré mucho y tuve miedo, pero aún así me mantuve fuerte. Y tu también lo hiciste, estuviste ahí junto a tu amiguito todo el tiempo y nunca te separaste de él. Eso es ser valiente cariño. Afrontaste el peligro en todo momento, y estoy muy orgulloso de eso.

Felix no lo resistió y sus lágrimas salieron disparadas de sus ojos rápidamente. Instintivamente, Thomas lo acercó a su pecho y lo abrazó dejándolo desahogarse de nuevo.

Lo haría las veces que fueran necesarias.

-Lamento haberme olvidado de tí, cariño... Lo siento. No volverá a ocurrir nunca.

Al otro lado de la puerta, Chris escuchaba todo atento. Ese día estuvo a punto de perder a su único hijo, y eso era algo que jamás podría perdonarse. La presencia de ese pequeño era la que le daba vida a su hogar y lo hacía olvidarse de los problemas. Quizá Chris tuviese la fachada de alguien inflexible y ocupado, pero tenía sus razones. El trabajo lo habia vuelto duro y la posibilidad de darle todo lo que pudiera a su familia era algo que siempre tenía en la mente.
Todo era por Felix y su tierna sonrisa.

Finalmente, luego de un rato, Chris suspiró y entró dudoso a la habitación del niño cargando uno de sus peluches favoritos.

Al Sr. Panda, para ser exactos.

Crónicas de una aventura [HIDDLESWORTH]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora