Capítulo 7: Problemas y más problemas (Parte 2) + Un Stark salva el día

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En las empresas Stark, un hombre maduro de cabellos negros y barba bien recortada en un perfecto candado, bebía su tercer café de la tarde.

-¿Entonces?

-Bueno... la verdad las probabilidades de cerrar el trato con LexCorp son más complicadas de lo que pensábamos, señor. -El hombre estaba nervioso, frente a él se encontraba una gran comitiva de representantes y señores de negocio, claramente era su oportunidad de quedar bien frente a sus jefes, o de lo contrario su ineficiencia lo haría inmerecedor de un acenso-... P-pero si me dan más tiempo, y-yo con gusto hablaré con los socios de la empresa y me encargaré de convencerlos... E-es una inversión segura. La investigación será un éxito.

-Ni hablar, señor Richards. Deje de intentarlo, es inútil. Está fuera. -Eso no le sentó nada bien al sujeto de corbata azul y cabellos negros que estaba parado frente a la pantalla siendo observado por docenas de ojos. Quedándo como alguien patético e incapacitado para su función.

-¡P-pero señor!

Un sorbo, luego dos y ya estaba hasta la médula con los reproches. Tony Stark dejó su café sobre la mesa y se levantó, todos fueron conscientes de este movimiento y rápidamente pusieron atención en su persona. Después de todo, era el jefe y cualquier cosa dicha por él era importante.

-Tengo hambre. -Bueno, casi cualquier cosa- Oigan, esto estuvo muy pero muuuuuy interesante, pero mi bestia quiere comer así que yo me retiro...

-Pero señor Stark, no puede retirarse, apenas hemos empezado y...

-No se preocupe, todo saldrá bien señor Michels... y por favor, no sea tan duro con el muchacho, ¿Que no ve que está asustado?- automáticamente todos giraron su cabeza hacia Richards, éste solo los miraba de vuelta sin saber que hacer- Te diré lo que haremos, te daré una semana, para que realices las negociaciones necesarias y nos cierres el trato con la empresa del calvito ese, ¿Está bien? Es tu oportunidad de mostrarle al viejo de aquí de lo que eres capaz por esta empresa, así que apúrate y no pierdas tiempo, ¡Señores, tocó la campana, pueden irse a casa!

Mientras todos murmuraban sobre lo último dicho, el sujeto de corbata azul se acercó a nuestro playboy. -S-señor Stark, muchas gracias, de verdad. No se va a arrepentir, ¡Daré todo lo que sea necesario para cerrar ese trato!

-Aja, más vale que así sea. -Acomodando sus gafas de sol salió rumbo al ascensor, ¿Iba a comerse un hot dog sin importar que hace menos de cinco minutos hubiese bebido café?- mmm...Creo que mejor me como unas donas, no valla a ser cosa que me de indigestión como la vez pasada...

A todo esto, no era consciente que su pequeño murmullo era escuchado por otra persona. -¿Señor?

-¿Ah?, ¿Sigues aquí?

-Pues... sí, disculpe señor.

-¿Ahora que quieres? -ni lento ni perezoso, se deteuvo frente a las puertas del ascensor y presionó el botón como cinco veces- creí que ya habíamos... ehh... intercambiado palabras.

-Lo sé, señor Stark. Pero, creí que podía acompañarlo.

-Mmm, no lo creo, me voy a la cafetería.

-¡Yo también!

-...Pensándolo bien, ya no. Oye, te agradezco la intención, pero me gustaría comer yo solo, ¡No lo tomes personal!, Solo que... ehh, pues... tengo... ¡Malos modales!

-¿Malos modales?

-Seeeeeeee, ¡Soy todo un cerdo! -y no exageraba, al menos la mayor parte del tiempo. Pronto el ascensor abrió sus puertas al ritmo que el celular de Tony vibraba y éste murmuraba- ¡Gracias!

Crónicas de una aventura [HIDDLESWORTH]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora