Un año antes, cuando Felix estaba próximo a cumplir seis años, tuvo la desgracia de presenciar un hecho desafortunado.
Aquel día martes todo había transcurrido normal durante sus clases en el jardín de niños, hasta que a Aiden Lensherr se le ocurrió ocultar el frasco de pintura que Felix utilizaba para la clase de dibujo. Felix se enojó bastante y ya sabía quién era el responsable. Eso podía adivinarlo incluso con los ojos cerrados.
-Aiden, dame mi pintura o le diré a la maestra -el azabache había sido claro, y no pretendía armar un escándalo por un bote de pintura precisamente. Pero conociendo al castaño, sería difícil.
-Yo no tengo tu estúpido bote de pintura Odintonto, vete de aquí.
Evidentemente no se lo haría fácil y Felix estaba cansado de lidiar con ello.
-Se que fuiste tú. Asi que dámelo o te voy a acusar. -Los morritos de Felix eran adorables.
-¡YA TE DIJE QUE NO TENGO TU TONTA PINTURA, NO MOLESTES!
"Suficiente", pensó Felix.
-¡Maestra! Aiden no quiere darme mi bote de pintura! Él lo escondió de mí.
-¡No es cierto! ¡Él miente, señorita!
Luego de que la maestra llegara y calmase el asunto, Felix se hartó y dejó de insistir por la paz. Después de todo era imposible dialogar con ese niño.
Más tarde ese día, específicamente en el horario del recreo, Felix salió al patio a jugar como lo hacían sus compañeritos. Pensó en ir a las hamacas pero todas estaban ocupadas, y ni hablar del arenero.
Habían juguetes pero el pequeño azabache vio como los niños se negaban a compartir, de esta manera fue a sentarse bajo la sombra de un gran árbol.Luego de estar un rato sentado allí, escuchó un sonido bastante particular. Venía de arriba suyo y al levantar la vista pudo ver una paloma.
"¡Qué bonita es! Me gustaría acariciarla un poquito.", había pensado ingenuamente.
No es como si hubiera escalado muchos árboles en su corta vida. Sus padres siempre estaban ahí para supervisarlo y evitar alguna caída pero ese día Felix estaba solo. Bueno, en realidad no había alguien que lo observara en ese instante...
"No es tan malo, si no se enteran, no pasará nada."
Dispuesto a llevar a cabo su gran hazaña, el pequeño azabache observó si no habían moros en la costa y cuando hubo corroborado el territorio se dispuso a escalar.
Mientras subía se imaginaba que estaba trepando alguna torre como hacía Spider-man. A su alrededor, los malvados aliens (entiéndase como los demás niños) destruían la ciudad, y él como todo un héroe debía salvarla. Pero para eso era necesario subir la "torre más alta de Manhattan" y desactivar el rayo de poder del Doctor Octopus.
-Muy bien paloma, ahora dime ¡¿Cuáles son los planes del Doctor Octopus!
La paloma estaba en una rama, sin comprender el tan "terrible" asunto. Completamente ajena a las palabras del infante.
-Se que tienes algo que ver con esto, ¡Habla, malvada! Y quizás reduzca tu sentencia en prisión.
Felix estaba tan metido en su papel de héroe que no se dio cuenta de como otra personita se acercaba al pie del árbol.
-¡Oye, qué haces ahí Odin-tonto?
Genial. Otro minuto de paz arruinado por el niño Lensherr.
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Crónicas de una aventura [HIDDLESWORTH]
Fanfic-La aventura mas grande de todas, es la que vives día a día, Felix. No lo olvides.- El niño lo contempló feliz aunque no pudo reprimir el llanto. Era la despedida. -Lo sé, señor -dijo limpiándose las lágrimas- es que hubiera querido que mis padres e...