La sorpresa

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Ya eran las diez de la mañana de ese domingo y Camila seguía en su cama, Lauren se había despertado temprano porque la bebé no la dejó seguir durmiendo con su llanto, tuvo que hablarle a Dinah para que le ayudará a preparar un biberón.

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Llamada

No Lauren, pruébala antes de dársela a la niñadijo Dinah.

—Okay, está bien— Lauren se empinó un poco el bote aún abierto y probó un poco del líquido blanco— Mierda— maldijo.

¿Qué te pasó?

—Esto sabe horrible, Dinah, ¿cómo le dan esto a los bebés?

Respondió asqueada por el sabor en su boca.

Ay... Idiota... Que la pruebes pero en tu mano... ¡Para ver si está caliente!

Aaah...

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Lauren se disculpó y se despidió agradeciendo a Dinah por haberla sacado de un aprieto.

Lauren subió a su cuarto y se encerró con la pequeña para darle su biberón.
Se sentó en la silla mecedora de su habitación y comenzó a darle de beber a la pequeña, ella la miraba desde su regazo observando cada movimiento de Lauren.

Metida en sus pensamientos se había concentrado en lo de la madrugada, cuando Camila la besó, cómo ella misma se controló a pesar de lo excitada que estaba y que todo era un lío ahora con la bebé, temía por ella y rogaba para que Dinah le diera una solución. Lo ocurrido con Camila no podía volver a pasar, ella era su amiga, la conocía desde años, pero nunca se imaginó la realidad de hace unas horas. Pero por otro lado no podía pretender que nada pasó y tendría que hablar con la menor, y sin dudas tratar de olvidar su sabor favorito de cerveza.

Camila en esos instantes se estaba despertando, le dolía mucho la cabeza, sin duda se pasó nuevamente, sólo esperaba que se le pasara para el lunes.

Recordó cuando llegó a casa, vagos recuerdos llegaban a su mente, ella sobre Lauren, cómo la besó y cómo no se controló si se supone que esta etapa ya había sido olvidada, el "sólo amigas" se había ido a la mierda.

Se paró con el menor ánimo y se dirigió al baño a lavarse los dientes, se lavó la cara y se hizo un moño alto, decidida a ver qué pasaba fue al cuarto de Lauren.

La ojiverde escuchó a alguien aclararse la garganta y supo que la realidad se le vino encima, se dio cuenta que aún tenía a la bebé en brazos, observó a Camila entrar con una polera y ropa interior y fue a recostar a la bebé en su cama.

Eran las once y media ya.

—Vaya numerito, abogada Cabello— la molestó la pelinegra, verificando que la bebé durmiera.

Camila agachó la cabeza avergonzada.

—Lauren... Lauren yo...— escuchó decir a la castaña— Yo venía a ver si todo estaba bien y... Quería conversar contigo por lo de la madrugada... Tú sabes...

—Sí, Camila, yo también quiero hablar de eso y es que... eso no puede volver a pasar.

—¿Qué?— preguntó Camila.

—Que no puede volver a pasar... Tú estabas borracha, yo tenía sueño...Y una cosa llevó a la otra...

—Pero no nos acostamos.

—No, Camila, pero estuvimos a punto, si yo hubiera estado borracha también, lo más probable es que en este mismo instante te hubieras estado arrepintiendo de todo, esto no puede pasar otra vez, sé que lo hiciste inconscientemente y que....— fue interrumpida por la menor cuando esta se acercó posando una de sus manos en su muslo.

Bajo el mismo techo (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora