Narra : Daniel.—Sam, dime que ya nos iremos de aquí. —comenté. Apoyado en su escritorio, mientras la observaba teclear con rapidez.
—Shh, no me dejas concentrar, idiota. Has silencio.—levantó la vista de su computador y me observó durante un instante.
—¿Que estuviste haciendo?. Pensé que estabas trabajando cuando yo...
—De echo, acabo de empezar Dani.—abrí los ojos sorprendido, y respiré profundo... Esta chica me terminará volviendo loco.
—Ya decía yo, que te veías muy feliz trabajando.—miré alrededor. Casi todos los empleados ya se habían marchado. Eramos los únicos en la planta baja.
Sam río con gracia.
—Estaba feliz, por que estaba viendo a mis chicos, son los únicos que iluminan mis días.—me enderece e introduje las manos en mis bolsillos.No podía mentir, me sentía un poco celoso de que hablara así, de personas que ni siquiera conocía, ni conocería.. Para mi suerte.
—Broken Dreams.—afirmé. La observé indiscretamente. Dios, Samantha era la chica perfecta. Era pequeña de estatura, y su cuerpo... Joder, toda una diosa griega. ¿Y su cabello?, era simplemente perfecto. Rubia y con una personalidad capaz de volver loco, hasta el monje de un convento... Joder, tenía que calmarme o terminaría haciendo una locura.
—¿Ya terminaste?.—su pregunta me dejó atónito. ¿Había escuchado mis pensamientos?
—¿De qué?.—pregunté nervioso. Está se puso de pie y comenzó a recoger sus cosas.
—De babear por mí.—la escuché comentar divertida.
(...)
Toqué por décima vez. No podía creer que me había dejado convencer para que viniera. No me importaba, pero hoy tenía una cena familiar, y no podía faltar.
—¿Estas segura de que está aquí?.—giré el rostro y observé a Sam. Está miraba impaciente hacía la puerta.
—Sí, debe estar aquí. Ashley no conoce muy bien la ciudad. Dudo que esté de fiesta.—sujetó con fuerza, las latas de cerveza que traía en sus manos—Vuelve a tocar, seguro está dormida.—me pidió. Lo hice una vez más.
Sin previo aviso, la puerta se abrió con furia. Sentí como alguien golpeaba con fuerza mi estómago, sacando todo el aire de mis pulmones.
—¡Largo de aquí niñato!... —la escuché gritar.
Las cajas de pizzas que sostenía, cayeron al suelo. Me tambalee y apoyé mis manos en mis rodillas mientras respiraba pesadamente.
—¡Daniel!.. Mierda, eras tú. —comentó con un hilo de voz, apenada tal vez.
—Puedo ser cualquier cosa, Ash. —comenté. Cuando al fin pude respirar normalmente.
—Pero un niñato jamás, puedes comprobarlo cuando tu quieras, baby. —Ashley, río con gracia, mientras observaba la pizza regada en el pasillo, frente a su puerta.—Joder, tanta ricura desperdiciada...
—¡Soy un puto florero de decoración aquí!.—comentó Sam, irritada. Ashley se sobresaltó y la observó con sorpresa, dándose cuenta que también estaba aquí.
Me quedé en silencio observándolas divertido.
—¡Sam!.—comentó, sonriendo—No te vi.. Estaba dispuesta a romperle la cara, a quien intentaba tumbar mi puerta.
—Chicas.—interrumpí antes de que Sam dijera algo—¿Podríamos hablar adentro?, siento que se me congela el trasero aquí afuera.—Sam río y los tres comenzamos a recoger las pizzas.
—Cerveza... —murmuró Ashley. Mientras tomaba una lata de las manos de Sam—Esta será una noche divertida, chicos.—comentó mientras cruzaba la puerta.
(....)
"Lo siento si es difícil captar mi vibra, necesito una amante en quien confiar. Dime que estas de mi lado.
No es fácil para alguien llamar mi atención, pero te he esperado toda mi maldita vida.."Resople con pesar, al escuchar la canción que había puesto Sam.
Me fijé en la pantalla de su portátil, un chico. Rubio claro y ojos verdes, tocaba una guitarra mientras cantaba.
—¡Oh Matt!.—exclamó Sam. Emocionada—¡Casate conmigo y hazme diez hijos!.—estreche los ojos en su dirección.
Respiré profundo y decidí ignorar sus gritos de fangirl desquiciada. Busqué con la vista a Ashley, hace rato no la veía y me preocupaba. Había tomado unas cuantas cervezas y andaba ebria.
Al mirar al suelo, y verla tumbada allí. Recordé lo que me había dicho hace momentos atrás : "Quiero ver las estrellas". Supongo que cree, que está al aire libre y que en vez del techo, está viendo el cielo. Reí divertido.
De vez en cuando, decía alguna incoherencia, que no lograba entender por lo alto que Sam tenía la música.
Ash, se incorporó, sentándose en el Suelo. Observé su despeinado cabello. Parece una loca, salida de algún manicomio.
—¡Los gemelos Jace y Jeremi!.—el grito de Sam, hizo que volviera la vista a ella. Estaba tan cerca del portátil que creí, que acabaría comiéndose la pantalla.
Ashley intentó ponerse de pie, tambaleante. Me pare rápidamente para ayudarla.
—Ash, dejame ayudarte.—por más que intentaba tomar su mano, está se negaba.
—No necesito tu ayuda.. Al único que necesito es a.. Zanahoria.—comentó. Frunci el ceño, al escuchar esa última palabra. ¿Quién era zanahoria?.
Miré a Sam con gesto confundido, buscando una respuesta. Pero está me miraba, mucho más confundida que yo. Creí que ella sabría algo. Ya que son mejores amigas, pero por lo visto.. Tampoco sabe nada.
—¿Quién es Zanahoria?. —pregunté. Con la vista fija en Ashley, quien había comenzado a reír y a tocar mi rostro.
—No lo sé. A lo mejor quiere una ensalada. —levanté una ceja, en su dirección. Está se encogió de hombros
—Solo es una suposición.A pesar de conocer a Ashley hace varios meses. Prácticamente no sabíamos nada de ella, ni de donde había venido o por que se había mudado realmente de su país. Nunca nos había hablado sobre su familia, o algo de su vida. Es muy cerrada en cuanto a esos temas.. Y eso no hace más que darme curiosidad.
¿Es realmente Ashley Bonnie.. Quien dice ser?