Leído | CAMREN

nine.

Día: 61.
Lauren P.O.V.:

Ayer y anteayer no le escribí. Decidí darme un tiempo para pensar y disfrutar con los que sí están a mi lado, por ejemplo: mi familia, amigos de la infancia, las chicas de Fifth Harmony, Lucy, Veronica, algunas bloggers, modelos y otra tanta gente que me valora como persona y ama mi alma.

Pero debo admitir que aunque el día era para mí, sólo pensaba en ella.

Al menos cada 20 minutos un recuerdo me invadía... Quizás me vuelvo loca o el amor me consumió.

Sí, estoy molesta con ella porque me dejó y no me responde ni un mensaje, tweet, indirecta, foto... ALGO.

Pero también estoy agradecida con Camila... Me enseñó a ser fuerte y a valorarme a mí misma; me enseñó que quien te quiere, lucha por tu amor y es por eso, que yo insisto.

No sólo simples mensajes.

Hace poco mis managers e incluso yo, por mis propios medios, hemos intentado conseguir una cita con ella, seguirla a algún lugar pero, no, simplemente no se ha podido y no entiendo, con Shawn si se ve y conmigo no; con JBalvin sí (fuera del rol de "trabajo") y conmigo no; con sus amigos de la infancia sí y conmigo no; así podría nombrar muchas más personas.

Me di cuenta de algo: debo seguir con mi vida. Pasar la página. Guardarla en mi memoria como algo que fue y no volverá. Atesorarla junto a mis más preciados recuerdos y ya. No hay nada más que hacer con ella ahora.

. . .

Eran aproximadamente las 12p.m. cuando salí del gimnasio y Lucy me recogió para llevarme a mi casa a unas cuadras y como cada vez que salía de ese lugar, oía música, en esta ocasión oía la hermosa voz de mi morena, aunque ya no estaba más junto a la mía; no perdía su esencia. Bad things.

Rápidamente entré al chat con Camila... Mensajes a la antigua, ya que me tiene bloqueada en todas las redes sociales y cualquier otro medio.

Tecleé:

“No sé si culparte a ti por abandonarme o culparme a mí por creer tus promesas y no ver la tormenta que se avecinaba.

Sí, fuiste la tormenta que destrozó mi ser.

¡Gracias! Ya sé que la culpa es mía.”

— Enviado a las 12:47p.m.

Estaba como ida, observando el teléfono atentamente con la esperanza de ver su 'leído' llegar, o quizás un 'escribiendo..' y darme la esperanza de que al menos lo intentaba. Lucy se dio cuenta de esto y chasqueó los dedos frente a mi y caí de mi burbuja al mundo real.

— ¿Todo bien, amor? — Dijo mirándome a los ojos por un momento ya que debía mantener la vista en el camino. Rápidamente lo bloqueé y lo dejé en mis piernas.

— Sí, Lu. — Respondí como si nada. Ya estaba acostumbrándome a actuar de esa forma incluso cuando si había algo.

Se detuvo frente a mi casa y desabrochó su cinturón de seguridad al mismo momento que yo. Se giró para quedar más de frente a mi y se acercó a mi rostro, con cuidado llevó un mechón de cabello tras mi oreja y luego me besó en los labios dulcemente por unos segundos.

— Adiós. — Dijo en un tono de voz bajo al separarse. Se notaba que no quería despedirse y en cierta parte, yo tampoco.