Leído | CAMREN

fifteen.

Día: 65.
Lauren P.O.V.:

Ya habían pasado algunos días desde mi encuentro con Camila y no paraba de pensar en ello y para los que se lo preguntan: sí, acabamos en la cama.

La felicidad se me notaba.

Cada poro de mi rostro y cada centímetro de mi ser irradiaba alegría.

Estaba renovada.

Ahora había logrado conseguir yo también un teléfono para arreglar los encuentros y no involucrar a más nadie en esta locura prohibida.

Hoy era día de gimnasio y como siempre iba con Lucy y ella me llevaba a casa.

¿Las cosas estaban tensas luego del beso? Sí.
¿Ella sabe de que estoy con Camila otra vez? No.
¿Dejó de ilusionarse? Realmente, no lo sé. Me gustaría decir que sí pero a veces siento un brillo en sus ojos cuando está conmigo que no es correspondido.

Desperté muy temprano ese día, tomé el desayuno y corrí unos 15 minutos por el vecindario antes de regresar a tomar un baño y finalmente ir a entrenar.

Hoy mi entrenador Mike decidió subir el nivel, como él dice y al finalizar la sesión me colocó a que Lucy me enseñase algo de yoga para relajar los músculos y tener mayor flexibilidad.

— Lucy. — Dije luego de tocar la puerta de los vestidores de chicas, en dónde me dijeron que estaba.

Nadie contestó así que me adentré en estos y caminé hasta mi casillero, coloqué la contraseña y quité el candado, al abrirla siento unas manos rodeando mi cintura y me sobresalto.

— Tranquila, Lau. Soy yo.

— Realmente me asustaste. — Le di un pequeño golpecito a modo de juego en el brazo.

Saqué mi nuevo teléfono del casillero y una botella de agua y la llevé conmigo hasta el patio de yoga.

— Mike me dijo que te buscase para una sesión de yoga. Leve, por favor, no aguanto las piernas. — Comenté cuando nos dirigimos al lugar.

— Está bien. Algo de relajación, bebé. — Contestó pícara.

Al llegar, coloqué en unos bancos que rodean el lugar; mi botella y el teléfono, no sin antes revisarlo en caso de tener algún mensaje de Camila pero no, sólo la conversación vieja de hace unos días indicando que haría la reservación en “The Famous Place”, donde nos vimos la otra vez.

“Te amo”, fue el último mensaje de su parte.

Al voltear me di cuenta que Lucy ya tenía las dos esterillas de yoga puestas en el suelo, una frente a la otra.

— Como siempre tú en la roja y yo en la negra. Puedes comenzar haciendo la secuencia de saludo al sol; empezando por postura de la montaña y sigues con la de la cigüeña. — Dijo con desenvoltura en el tema. Realmente ama el yoga y gracias a ella, yo le he ido agarrando cariño y sé alguna que otra postura.

Ella se sentó en la banca tras de mí junto a las cosas, de modo que yo le daba la espalda. Quizás para verme el trasero disimuladamente. Así es ella.
 
  
  
Pero no vio su trasero... Vio su teléfono.
  
  
***

Duré una semana sin actualizar y ahora actualizo corto... Lo sé y disculpen pero ya tengo escrito otro capítulo (aparte de éste y está dramático, o eso creo) así que les agradecería si votan para subirlo y llegar a 300 votos :').

Preparense para el “drama” porque no sé a donde llevaré esta historia. :'v