Cerré lo más rápido que pude y corrí/gateé/tropecé hacia la esquina izquierda de la pared del lado de la puerta. La explosión se escuchó segundos después dejando ese sonido agudo y punzante en mis oídos. La puerta fue a estamparse contra la camilla dejándola hecha papilla. Una expresión de desagrado y ñañaras cubrió mi rostro. Esa hubiese sido yo y ahora sí estaría muerta. Ví como varias personas vestidas de verde militar entraron directo a la camilla mientras escuchaba sus voces lejanas, poco a poco iba recobrando mi audición.
-¡Idiota! pudiste haberla matado.
-Si no hubiese sido por ti no habría lanzado la granada.
-Si hubieras tenido más cuidado te habrías dado cuenta antes -Los hombres continuaron su discusión sin prestarme atención.
-Más vale aquí corrió que aquí quedó -Murmuré y comencé a gatear hacia la puerta procurando no hacer ningún ruido.
-Alto ahí -Ordenó alguien entrando por la puerta con una voz autoritaria.
-¡Diablos! -Espeté bajo con una expresión de fastidio. Los malditos me habían descubierto.
Aunque no era como si te hubieses escondido o algo.- Rodé los ojos ante la afirmación de Gemi, la muy maldita me estaba fastidiando. Sacudí mi cabeza y cambié mi expresión a una sonriente.
-Escuchen no quiero problemas -hablé mientras me ponía de pie aún deteniéndome de la pared -así que ¿me harían el favor de dejarme marchar? -Subí la mirada hasta toparme con una máscara. Fruncí el entrecejo. -¿Quiénes son ustedes?
-Tus salvadores -Respondió una joven entrando a la habitación. Su porte seguro como si el mundo le perteneciera.
-Pues yo no les pedí que me salvaran, nos vemos -anuncié tratando de salir del lugar al tiempo que la chica se interponía. Fue cuando me dí cuenta que todos usaban máscaras y trajes de combate de camuflaje. Militares que interesante, pero sobre todo... -¡Hey! Me gusta ese color -exclamé sonriente mientras señalaba sus ropas -Aquí todo es blanco y aburrido -hablé señalando el cuarto y mis ropas -. ¿Tendrán un traje que les sobre?
Apenas terminé de formular mi pregunta los presentes estallaron en carcajadas. Sentí risa por sus risas comenzando a reír como si no hubiese un mañana. Realmente estaba disfrutando el momento pero tenía que escapar a como diera lugar. Comencé a desplazarme lentamente para salir de la habitación.
No es un movimiento inteligente de tu parte, ellos traen armas y están protegidos con esas ropas y máscaras.
Lo sé pero nada pierdo con intentarlo. Si me quisieran muerta, ya lo estaría.
-No tan rápido -Me detuvo la chica -, tú vienes con nosotros -Alcé una ceja ante el tono utilizado en esa última aseveración.
La joven hizo un gesto con la cabeza y uno de los que estaban parados junto a la cama destruida caminó hacia mí tomándome del hombro. Mi cuerpo se movió solo de nuevo, tomé su mano, me giré de espaldas y lo pasé por encima de mí azotándolo contra el suelo. En un rápido movimiento lo despoje de su 9mm y la apunté hacia él. Los presentes me apuntaron con sus respectivas armas cosa que no importó ya que en menos de dos segundos tomé al joven en el suelo como escudo. Esto era increíble, unos minutos atrás no podía ni mantenerme en pie y ahora esto. Es como si lo recordara, no yo o mi mente, más bien mi cuerpo lo hace, evoca movimientos grabados en mi.
-Genial, ahora tengo habilidades de combate -Anuncié por lo bajo mientras sonreía de lado. Estúpido Eder y su estúpida sonrisa. Eder, ahora lo recuerdo, ¿cómo los pude haber olvidado?
-¿Qué? -preguntó el chico al que estaba apuntando haciéndome salir de mis pensamientos.
-¡Párate! -sentencié al tiempo que presionaba el arma contra su espalda. Hizo lo que indiqué -Fue divertido reir un poco con ustedes, ya me voy. Esto pudo haber sido diferente si hubiesen dejado marcharme sin problemas -Hablé al tiempo que me acercaba a la puerta dando pequeños pasos de costado. Después de la escena tipo misión imposible todo mi ser se volvió a sentir débil. -Arrivederci -Arqueé una ceja ante eso, ahora hasta políglota.
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Full House
ActionLas guerras de los últimos siglos, la escasez de alimentos y los desastres naturales que azotan a nuestros pueblos han llevado a la humanidad al extremo de la locura. La exponente globalización, el estar conectados, poder ir a donde queramos paradój...