Declaraciones cursis

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- ¿Que pasa aquí?

- Nada... Yo mejor me voy

- Te estaré vigilando Ethan.

Sali del cuarto donde Amber descansaba. Melody había aparecido de la nada y había arruinado aquel beso que yo necesitaba. Al principio Amber fue dudosa al recibirlo, pero después nuestros labios se movían como si fuesen uno solo, parecíamos una canción bien escrita. Dejando salir los huracanes que teníamos guardados de hace mucho. Dejándonos llevar por algo más que cariño.
"Romeo",  me dijo después de separarnos a causa de la inoportuna aparición de mi hermana,  sus ojos estaban llenos de aquel brillo que recordaba, me miraba de nuevo de la misma forma con la que me confesó que me quería.

- ¿Lo hiciste?

- Sí Trent lo hice. Melody me dijo que saldrá el viernes del Hospital,  quiero llevarle algo.

- Flores, eso le gusta a todas las chicas.

- Me veré ridículo, los medios y todos aquellos que dicen ser sus fans estarán ahí. Quiero hacer esto algo más privado.

- Te gusta complicarte la vida. Este fin de semana Melody y yo vamos a casarnos, al día siguiente te irás de nuevo a la universidad y Amber se quedara aquí, intentando retomar su vida,  quizá se enamoré de alguien más.

- No estoy seguro que me recuerde. Esta vez quiero hacer las cosas bien. Invitarla a salir, llamarle todos los días, tener citas. Lo que pasa en una relación normal.

- Entonces Romeo, dile que la quieres. Llévale flores, cantale una canción,  haz algo que demuestre tu interés en ella.

Y ahí fue donde mi mente llena de fórmulas químicas y partes del cuerpo humano registro cada parte de el y en lo más profundo de si encontró la lista.

Subí a mi cuarto, y la busque por todos lados posibles. Cuando la encontré me di cuenta que la hoja estaba rota, y faltaban partes. Es como si en todo el año que estuve en la escuela,  mi madre no limpiará algo de mi habitación.

Tome una hoja nueva y un bolígrafo, intente hacer varios borradores, intentando completar lo que había escrito para aquella vez que iba a confesarle mi amor a Amber.

Aunque me pareciera estúpido aquella carta ya no tenía sentido,  carecía de realismo y emociones sinceras.
Decidí guardar la hoja vieja y comenzar a escribir una nueva. Y sí,  aun  quería Amber como aquella vez en que regreso, pero esta vez el amor era más sincero, más profundo,  más real.

Escribí la nota,  en la cual me lleve casi 3 horas. Faltaba la parte final, quería hacerle un regalo que fuera a la medida de ella, las flores y los peluches estaban muy usados.
Compre un periódico y de ahí hice casi 24 rosas de papel, tenían letras, y Amber le gustaban las letras. Fui a la librería donde compre aquellos libros que le regale la primera vez. Y esta vez no fui modesto, era la chica a la que quería,  tome desde Harry Potter hasta Eleanor & Park.  Busque todos aquellos que podrían gustarle: Shakespeare,  Edgar Allan Poe,   Homero y otros libros que podría comprarle y sabia que a ella le gustarían.

Y es que si se trata de ella no me importaba gastar todo el dinero que tenía guardado, ella se lo merecía todo lo que quisiera.

50 razones por las que soy mejor que RomeoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora