»epílogo

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Y aprendi lo que nunca pensé que aprendería: aprendí a superarte.

Algunos juran que te vieron en París. Otros decían que te habías instalado en Colombia. Otros decían haberte visto en una discoteca en las Filipinas.

Tal vez alguna de esas suposiciones es cierta. Tal vez todas las son pero ¿sabes qué? Por primera vez no me interesa.

Por primera vez puedo ser libre y aunque no estoy diciendo que no te eche de menos ni que no me gustó estar contigo, creo que estar contigo fue una enseñanza. Que tuvo una moraleja, tal vez, aunque aún no logro descifrar cual es.

Yo pensé que sería capaz de salvarte, pero estabas muy dañada. Estabas rota. Tal vez por esto decidiste irte y ser libre. Tal vez fue eso, o tal vez la cobardía. Probablemente la cobardía fue la causa de porque te fuiste de la escuela. No querías enfrentarte a tus problemas.

Tal vez en su momento tu también me amaste como yo lo hice.

Tal vez. Eso no es más que una simple suposición.

Tu eras una constelación de estrellas y yo un vacío infinito. Juntos
formábamos el más bello universo.

Miré a mi alrededor antes de salir por ultima vez de tu apartamento. Cuando te marchaste el departamento pasó a tener un cartel que rezaba «se vende» y había logrado entrar únicamente con la excusa de que quería comprarlo. Ver el sofá donde yo dormí, la encimera de la cocina donde nos besamos y tu habitación me dio un poco de nostalgia, pero logré superarlo igual que te superé a ti.

Y pensar que alguna vez te amé perdidamente...

Y ahora eso eras; una etapa más que yo había superado.

FIN.

¿Cómo te atreves a volver? | ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora