»dos

53 7 4
                                    

En seguida todos se dejaron llevar por tus encantos. Pasaste a ser de las primeras en el ranking de la popularidad de la escuela.

Todos, —incluyéndome, claro— sintieron curiosidad de aquella bajita chica ojiazul que acababa de llegar al instituto Coldwater.

Creo que alguna vez alguien te preguntó porque nunca usabas correctamente el uniforme. Respondiste con tu suave risa, diciendo que no eras como los demás.

Sigo sin comprender porque en lugar de usar la falda tres dedos por sobre la rodilla usabas minifalda, o en vez de una camisa blanca usabas una con bordados celestes y un escote en uve.

Un día me acerqué a ti. Estabas con aquella chica que nunca me cayó bien, Pheobe. Las dos estaban charlando y riendo fuertemente. Te pregunté si me recordabas, y tu respuesta fue un seco:

—Perdona, ¿te conozco?

No tienes idea de como eso me partió el corazón. Me fui con la cabeza gacha, y cuando nos asignaron juntos en aquel trabajo de biología yo me alegré, a pesar de que tu hicieras una mueca mirando a tus amigas. Hice como si no hubiese visto como me señalaban y se burlaban de mi.

Por esto me pregunto, Summer: ¿por qué en mi casa o cuando estábamos solos hablabas conmigo normalmente y cuando alguien nos miraba me tratabas como un desconocido?

¿Cómo te atreves a volver? | ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora