|UNO|

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Nada más despertar me levanté para ducharme y vestirme para ir al instituto. Salí directamente a la calle, para esperar a SeeHanna al terminar de prepararme.

- Si sigues viva, rata

- ¿Cuando me ibas a decir que te has vuelto a pelear con alguien, Seung? Así, como pregunta aleatoria - se podía decir que estaba algo cabreada, algo bastante.

- ¿Ahora eres mi madre?.

- Siempre haces lo mismo, me evitas cada vez que sale el tema, eso me molesta y lo sabes - le noté las intenciones de volver a insistir, sin embargo optó por empezar a caminar.

Nos pusimos rumbo al instituto entre risas y charlas espontaneas, en cuanto la tensión ambiental desapareció, pero al llegar al aparcamiento del centro mi móvil comenzó a sonar. Le hice una seña a Hanna para que entrara mientras yo contestaba.

- ¿Qué quieres ahora?

- Hay un nuevo encargo para hoy a las 00:30 en el callejón de siempre - el tono frío y su irritante voz me resonó en mi cabeza hasta el punto de comenzar a darme jaqueca.

- Ajá - colgué la llamada y guardé el móvil sin dar tiempo de respuesta a mi jefe.

Una vez entré al centro, fui lo más rápido que pude hasta mi aula, un compañero me abrió y entré como si el profesor no me estuviera viendo, sin embargo me frené al instante en el que gritó mi nombre para mandarme a dirección por ni siquiera pedir permiso para entrar. Bufé y me fui sin más.

Caminé por los pasillos solitarios durante unos minutos hasta llegar, llamé a la puerta y entré antes de recibir respuesta para entrar. El director al alzar la vista y verme sonriendo junto a la puerta se llevó las manos a la cara para restregarla con frustración.

- ¿Otra vez aquí? - preguntó negando con la cabeza mientras se sujetaba el puente de la nariz con dos dedos.

- Que alegría verte, ¿me echabas demmenos?- ironicé mientras sentaba.

- Ya hablé con tus padres, casi todos los días te metes en un problema nuevo y he llegado al punto de tener que tomar medidas drásticas. Te juro que como te vuelvas a meter en una pelea quedarás expulsada permanentemente del instituto.

- ¿Qué? No puede hacer eso, me matarán.

- ¿Quieres ver como soy capaz? Vuelve a estar involucrada en otro problema, ahora vuelve a la clases - se estaba riendo de mí, descaradamente además, pero preferí guardarme la rabia y apretar la mandíbula

Me levanté sin decir nada, y me fui sin dar problemas. Al llegar al aula de nuevo miré al profesor un segundo y me puse a caminar entre las sillas para ir hasta mi asiento. Al llegar vi a Yoongi en él, respiré hondo ignorando el hecho de que me estuviera mirando con esa irritante sonrisa burlona que siempre tenía y busqué el sitio libre que debía quedar, cerré los ojos, odiando mi existencia con todas mis fuerzas cuando vi que ese sitio estaba al lado de Park Jimin.

Después de una pelea interna fui a sentarme, solté la mochila al pie de la mesa, y me recosté sobre ella a descansar un poco e intentar bajar el dolor de cabeza que tenía en ese momento. No había pasado mucho tiempo cuando comencé a notar golpecitos molestos en el hombro y partes de la espalda, levanté la vista una vez ya estaba de los nervios y me encontré con bastantes bolas de papel sobre la mesas, con bastante brusquedad abría alguno que otro para ver si tenían algo importante.

"Hey"

"¿Haces algo que no sea dormir y crear problemas?"

"Hazme caso, ¿no?"

"¿Qué te ha dicho el director?"

Le devolví la última nota con una respuesta rápida.

"Eso a ti no te interesa, Park"

Se la tiré y al instante me eché de nuevo sobre el pupitre, al rato volvió a tirarme y esta vez se puede decir que lo abrí por mera curiosidad.

"Cuanto peor me trates, más me vas a llamar la atención"

Suspiré arrepintiendome de haber abierto la nota. La rompí en pedazos y la tiré al suelo antes de recostarme por última vez en esa hora.

El horario lectivo terminó y yo volví a mi casa a hacer rutina normal durante toda la tarde, hasta la hora de entrega de mercancía que me había especificado mi jefe esta mañana, salí de casa con una capucha y un tapabocas dejando solo a la vista mis ojos.

Al entregarlo me quité el tapabocas y me bajé la capucha para contar bien el dinero y lo guardé al ver la cantidad correcta. Me giré y sentí como la sangre se me congelaba y me hacía incapaz de reaccionar, miré fijamente sus ojos, ligeramente entrecerrados por la sonrisa lasciva que mostraba.

- ¿Quién diría que la chica problemática del instituto era la comerciante y no el consumidor?

Jimin soltó un carcajada seca ante mi impotencia en aquel momento, respiré profundo calmando internamente la presión que sentía en el pecho y me di la vuelta para acabar de una vez con la situación. Pero mi plan se vio interrumpido por una mano sobre mi muñeca impidiéndome avanzar.

- ¿Qué quieres? No tengo nada. - sentía perfectamente como mi voz temblaba más a cada palabra que decía.

Jimin se acercó a mi oído para que oyera su susurro por encima del escaso tráfico que hacía a esta hora- Tú.

- ¿Qué?- me alejé sin comprender del todo a que se refería.

- Me explico, tú, haces lo que yo te diga, cuando yo te diga y como yo te diga, y a cambio, tendrás mi silencio, porque se te nota en los ojos que tienes miedo a que suelte una palabra de esto. ¿Qué dices?

Me sentí tan impotente que tenía ganas de llorar, y lo peor era que tenía razón, tenía miedo de que hablara y me jodiera totalmente la vida, cerré los ojos al notar como se comenzaban a humedecer y asentí empezando a controlar más la respiración para evitar llorar delante de Park.

Una simple amenaza • P. J • [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora