VEINTIDÓS

1.9K 192 5
                                    

Después de ese encuentro raro con el tal Baekhyung seguí corriendo un poco más. No me podía sacar al chico de la cabeza, pero no porque me haya enamorado como si esto fuera una película romántica, sino porque me recordaba a alguien, su rostro era muy parecido al de alguna persona que yo conozco bien, pero no sé quien.

Miré mi reloj y marcaba las 10:37, así que decidí volver. Entré a casa y mi madre estaba allí. Olía bien por lo que deduje  que estaría haciendo el almuerzo. Me dirigí a la cocina y le di un beso en la mejilla a modo de saludo.

- Hola omma.

- ¡Oh! Hola cariño ¿dónde estabas Fui a tu habitación a verte y no te encontrabas allí - dijo sonriente mientras giraba la cabeza para mirarme, pero no dejó de remover el contenido de la olla.

- Salí a correr un poco.

- Uy, tengo una hija muy deportista, que ilusión.

- ¿Te ríes de mi madre?

- Sip.

- Mal madre - la miré achinando los ojos y segundos después me reí - Oye ¿como que estás aquí? Digo, pensé que los domingos tenías turno por la mañana y por la tarde en el trabajo.

- Sí, pero decidí escaparme hoy para pasar la tarde con mi niña.

- Osea, que hay...

- Tarde de chicas - completó ella.

- ¡Genial! - mi voz salió exageradamente aguda, por ello mi madre y yo empezamos a reír.

- ¿Qué es tan gracioso? - dijo Jungkook apareciendo por la puerta de la cocina.

- Hey, que tal bello durmiente.

- ¿Me has dicho bello? - preguntó guiñándome un ojo.

Iba ha responder alguna vulgaridad por imbécil, pero mi madre se adelantó

- Chicos, calmad vuestras hormonas por favor - pidió mamá riendo.

- Sí, _____, deja de ligar conmigo un rato - dijo Jungkook poniendo cara inocente.

- Idiota - le miré como una asesina.

- Cariño ¿qué películas te apetecen?

- No sé mamá, podríamos ver...

- ¿Películas? Yo quieroooo - interrumpió Jungkook haciendo puchero.

- ¿Acaso eres una chica Kookie? - preguntó mi madre con una sonrisa.

- No, pero puedo serlo.

- Pffff, más bien vete a tirarte a la chica que tienes arriba semidesnuda.

Jungkook abrió los ojos como platos y se puso rojo de la vergüenza. Fue corriendo a su habitación.

- ¿Una chica? - pregunto mamá un poco más seria.

- No hay nadie, pero como es estúpido y ayer después de que yo me fuera a dormir se fue con sus amigos a beber, supuse que volvería borracho y no se acordaría de nada.

- Pero, ¿cómo no se ha dado cuenta de que no había nadie cuando se despertó?

- Repito, es estúpido - comenté riendo levemente.

Su rostro cambio completamente de un momento a otro. Ahora se encontraba totalmente seria y si te fijabas bien, podrías ver incluso preocupación.

- ¿Qué pasa? - pregunte preocupada.

- Cariño... Mañana viene tu padre a comer.

- ¿Qué? ¿Por qué?

- No lo sé.

- Pero ahora está Kook, así que...

-Kook mañana tiene que ir por la mañana al centro donde está interna su abuela y volverá relativamente tarde. Yo... Lo siento... Te prometí que te protegería, solo  lo hago mal, y permito que vuelva a venir, soy la peor madre del mundo - lloraba mientras dejaba que su espalda se deslizase por la pared de la cocina, al tocar el suelo junto sus rodillas con su pecho y escondió su rostro entre ellas.

- Mamá - la llamé - mamá mírame - me senté en frente de ella y acuné su cabeza entre mis manos y la alcé para que me mirara - jamás en tu vida, vuelvas a decir que eres mala madre, porque no lo eres, te partes el alma trabajando para mantenernos, si vale, vivimos en una mansión, pero eres tú quien paga la comida, eres tu quien paga el agua, eres tu quien paga la mayoría de las cosas, yo trabajaré mucho, pero nunca lograré estar tan orgullosa de mi como lo estoy de ti. Tú me criaste, aguantaste malos tratos, por mi, porque me protegías de él, porque siempre intentaste que yo viviera en un mundo de color de rosa, y ese mundo lo pintaste tú, porque de no ser por ti, abría vivido bajo un cielo gris lleno de tormentas. Así que si hay algo que agradezco de mi vida, es que tu seas la mujer que me dio la vida, y aunque tú no entiendas cuanto sentido tiene para mi la siguiente frase, quiero que me apoyes, y algún día te diré el porque es tan importante para mí - ella asintió, suspiré preparándome mentalmente para lo que iba a decir - quiero tener una vida mejor, y para ello empezaré dejando mi trabajo, buscaré algo que me ayude a centrarme más en la vida.

- Me alegro por ti, pero, tu pa...

- Llamaré a Jimin para que venga, con él no nos pasará nada.

- Te quiero.

- Y yo.

Nos fundimos en un abrazo de madre e hija, en uno de esos que ya no nos dábamos desde que cumplí los 7. De esos en los que siento que mi vida es perfecta.

Una simple amenaza • P. J • [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora