VEINTE [PARTE 2/2]

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Jimin no estaba en la sala, fui a la cocina y lo encontré bebiendo agua, su erección había desaparecido, por así decirlo - niña, que haces mirando ahí -.

- ¿Nos vamos?

- Wow, _____ estas preciosa.

- Gracias, mi querido caballero cursi - hice una reverencia - ahora sí, basta de bromas, vamos.

- Sí, que o sino no podré aguantar - me miró sonriendo de lado.

Me avergoncé. Cogí las llaves y cerré, seguramente Kookie llegue tarde, ¿donde se habrá metido ese niño? Por ahora disfrutaré y nada más, luego me preocuparé por él.

- ¿Y a dónde vamos? - pregunté subiendo al coche.

- Aaahh, es una sorpresa pequeña.

- ¿Y no se puede saber...por casualidad?

- Obvio que no, porque sino, no sería una sorpresa ¿no crees?

- Entonces dame una pista siquiera.

- Esta bien, es un lugar que me gusta mucho - cuando me dijo aquello pude apreciar un brillo especial en ellos.

- Al parecer es un lugar especial ¿no?

- Sí, si que lo es - sonrió y me cogió de la mano.

A los 15 minutos llegamos al río Han, era de noche y la luz de la luna nos iluminaba junto con la luz de los edificios increíble de Seúl, se veía precioso, ahora entiendo porque es tan especial.

- Mis padres me traían aquí de pequeño.

- ¿En serio? Y seguro todavía lo siguen haciendo - me sonrió.

Empezamos a pasear por las orillas del río.

- La verdad es que no, mis padres a medida que me hacía más mayor ellos tenían más trabajo y no se ocupaban de mi, poco a poco mi familia se fue desmoronando. Mi madre y mi padre no se soportaban. Mi padre traía a otra mujeres y mi madre traía a otros hombres, pero yo no les hacía caso, en ese momento me daban asco.

- Entonces... ¿Por qué no se separaron?

- Por el prestigio de la familia, aparentan ser una familia feliz y cariñosa, con un hijo estudioso y que es un ejemplo a seguir. Pero detrás de todo eso hay una gran mierda - al mirarle me di cuenta que unas lágrimas le resbalaban por la mejillas.

- Ey Jimin, yo estoy contigo ahora, se que lo habrás pasado mal, pero me tienes a mí - a mi mente acudieron imágenes y recuerdos de lo mal que lo había pasado con mi "padre", sentí una punzada en el pecho al recordarlo.

Se detuvo y me miró.

- Gracias _____, por favor, por favor no me dejes - me abrazó y soltó un sollozo en mi hombro - quédate conmigo.

- Te prometo que me quedaré contigo y por supuesto que no te dejaré.

Un rato después nos encontrábamos sentados mirando el río.

- Llegué a creer que mi vida sería siempre así y empecé a seguir el camino de mis padres, me convertí en el mujeriego que soy y comencé a vivir del cuento.

- Erasss - corregí con una leve risa - como te vea con otra chica te...

No me dejo terminar ya que me calló con un beso, un beso suave y tranquilo.

- Tranquila, tu lo has dicho, era.

- Jimin, no me habías contado esto antes.

- Por eso lo hago ahora mi querida _____.

- Te quiero.

- Y yo también.

Nos dimos un último beso y  Jimin miró su reloj eran cera de las 21:00, el paseo duro lo suyo.

- _____ ¿Quieres ir a comer? Pero que digo, vamos a comer.

- Ah, gracias por preguntar - los dos reímos y nos fuimos cogidos de las manos.

Fueron al restaurante cerca de allí, uno muy bonito, todo era elegante y me daba corte estar allí. Pero pedimos y nos sentamos a comer en una mesa.

- Jimin - lo llamé mientras comía - este lugar se ve muy lujoso.

- Vete acostumbrando.

- ¿Por qué? - pregunté antes de beber agua.

- Porque muy pronto nos casaremos y tendremos que ir a sitios así más seguido. - me atragante con el agua que estaba bebiendo.

- ¡¿Qué?!

- ¡Era una broma!

- Me estabas asustando imbécil.

- Aunque puede que sea verdad.

Mis ojos casi se salen de sus cuencas, Jimin solo se reía, a ver ya me quería casar ¿o no? En si nunca lo pensé, pero por ahora no quiero una boda, gracias.

- Cambiando de tema...

Seguimos hablando hasta que terminamos y comimos el postre, el cual estaba riquísimo, después me llevó a casa y nos quedamos parado frente a la puerta, en medio del silencio.

- Y bueeeno, pues, buenas noche _____ - me robó un beso y se dio la vuelta para irse.

- ¡Espera un momento!

- Que pasa ¿hice algo mal?

- No, solo quería preguntarte una cosa.

- ¿Qué?

- Que si esto es una ci...

- Ta.

- Sí, eso mismo.

- Eh, pues no, no lo es - me sorprendí.

- ¿Por qué?

- Porque tú no eres mi novia, _____ - dijo haciendo pucheros demasiado tiernos.

- Ah, con que era eso.

- Sí, ¿que te pensabas?

- ¡Nada, nada! ¿Entonces nos vemos? Buenas noches.

- Espera.

- ¿Qué?

- Ahora te toca despedirte de tu ACD.

- ¿De mi qué?

- Amigo Con Derechos - aclaró riendo.

- Ah, bueno

Me puso una mejilla y me la señaló, me acerqué lentamente y cuando iba a posar mis labios en su mejilla, él volteó la cara y terminé depositando el beso en sus labios.

- Si quería un beso en los labios me lo hubieras dicho.

Me acerqué y lo besé, empezamos un juego de lenguas tierno, envolví mis brazos en su cuello mientras mis manos jugaban con su pelo, le puso sus manos en mi cintura, nos quedamos así un rato más, hasta que...

- Venga tortolitos, se acabó la fiesta, y tú, señorita ya es tarde entra  casa.

- Si, abuelo Jungkook.

- Nos cortaste todo el rollo, hermano. - se quejó Jimin.

- Ese es mi trabajo compañero.

- Bueno, pues déjame darle un último beso - rogó Jimin.

- Nada de besos, se acabó por hoy, si quieres más vuelve mañana ¡esta señorita tiene que dormir!

Jungkook me cogió de los hombros y me arrastro hacia dentro de la casa.

- ¡Buenas noches Jimin! - le grité

- ¡Buenas noches preciosa! - me gritó 

- ¡Gracias por traerla! - gritó Jungkook, los vecino se despertarán.

Ahora me encontraba en casa, a solas con Jungkook ¡, era el momento de mi interrogatorio estrella, aunque no se si debería hacerlo.

Una simple amenaza • P. J • [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora