|DOCE|

2.4K 227 3
                                    

Jungkook me acompañó hasta la puerta y se fue mientras yo entraba en casa. Solté las llaves en la cómoda junto a la entrada y fui hacia la cocina llamando a mi madre aún voces. Iba a seguir gritando, pero paré cuando vi una nota pegada al la puerta de la nevera.

"Hola cariño, hoy tengo turno de noche en el trabajo,

tienes la cena en el microondas. Duerme pronto, mañana

te estaremos esperando para cuando vuelvas del instituto. Te quiero.

Mamá"

¿Estaremos? ¿Quiénes? Así que alguien más? ¿Habrán servido todos estos años de suplica y será un cachorro? Porque que yo sepa sigue casada con esa cosa que respira.

Escuché un ruido proveniente de las escaleras y me asuaté bastante, ¿qué se suponia que debía hacer? Hace 3 segundos estaba sefura de que no habia nadie más que yo en la casa. Cogí una sarten como si fuera una espada y salí de la cocina con pasos lentos y silenciosos, mis ojos se abrieron como platos al ver a Jimin sentado en el sofá observando el televisor apagado como si la vida le fuera en ello. Sin hacer ruido entré a la cocina de nuevo para soltar la satén y volví a la sala.

- ¿De dónde has salido? ¿Ahora eres Doraemon y tienes una puerta mágica?

- No estoy de humor para estupideces. ¿Qué coño hacías con Jungkook, eh? ¿No te quedó claro en el coche? - se levantó para caminar hacia mí.

- Eso no fue nada - ni yo misma sabía porque dije eso, porque para mi fue muy importante.

- ¿Sabes? Tienes razón, no fue nada, tú solo eres una simple esclava - lo admito, dolió - que tendrá que satisfacer mis necesidades cuando me de la gana, para que la gente no se entere de que eres una traficante y que seguramente eres la vergüenza de sus padres los cuales no te soportan - y hasta ahí, queridos amigos, había llegado mi paciencia, levanté una mano y casi sin darme cuenta ya le había abofeteado dejando su cara roja y haciendo que me picara la mano, por una vez en mi vida estaba dispuesta a decir todo lo que sentía.

- ¡Tú no sabes nada de mí! ¡Tienes razón solo soy una jodida esclava, así que vete de mi casa y llamame cuando te de la puta gana de satisfacer tus placeres! ¡Y no vuelvas a decir que soy tuya, porque yo puedo estar con quien quiera cuamdo quier! ¡Y tú no eres nadie para impedírmelo! - a medida que hablaba iba alzando más la voz y lo iba empujando hacia afuera de la casa.

Cuando ya había cruzado la puerta la cerré dando un portazo, dejándolo fuera con la palabra en la boca. Subí a mi habitación lo más rápido que pude con pequeñas lágrimas rebeldes surcando su camino por mis mejillas. La frustración se apoderó de mí e intenté dormir para olvidar la realidad por un rato. Todo lo que dijo Jimin me había dolido, sobretodo porque todo lo que había dicho era verdad...

*

[JIMIN]

Estaba en el instituto con ojeras y mucho sueño, no pude dormir pensando en Seung, lo que le dijo me dolió hasta a mí, ahora me siento estúpido, pero me puse furioso y celoso cuando lo vi con Kook, ese imbécil nos dijo que ella ya no le interesaba lo más mínimo, y al día siguiente los encuentro en una maravillosa salida que parecían disfrutar como dos enamorados estúpidos. Tenía toda la furia contenida, y con sólo recordar eso todo el sueño se iba para ser sustituido por ira y cólera, necesitaba desfogarme, soltarlo todo de alguna manera. De repente vi a Marta mirarme y recordé la idea que tuve para olvidarme de ella, y ahora era cuando más lo necesitaba, sin pensarlo mucho me acerqué dejando a mis amigos hablar entre ellos.

- Hey - saludé intentando sonreír sin que pareciera forzado

- Ho-hola...

- ¿Te han dicho que eres realmente guapa?

- Yo... Eh, no - mantuve la mirada agachada mientras se colocaba un mechón de pelo tras la oreja

- ¿Qué haces en la entrada del instituto tú sola?

- Esperaba a una amiga - dijo sonriendo.

- Ah... ¿Qué te parece venir conmigo a tomar algo después de clases, preciosa?

- Eh, sii me lo dices tan repentinamente, no se... - se rascó la nuca un poco nerviosa

- Si no quieres, podemos dejarlo para otro día, si te parece - ¿en serio me esta rechazando a mi, a Park Jimin? ¿He descuidado mucho mi imagen o qué?

- No, no, acepto.

- Esta bien, te espero a la salida del instituto preciosa - le acaricié la mejilla.

- Ahí estaré. - sonrió desviando la atención de sus mejillas color carmesí

Parece una niña buena, ¿cómo pudo haberse juntado con Seung? Ella es todo lo contrario, arriesgada, atrevida, segura de sí misma, guapísima... Ya, Jimin, deja de pensar en ella, te engañó con tu amigo... A todo esto, tendré que hablar con él, pero antes dejaré pasar el día y ver como me va con Marta.

Entré a clases y Seung no estaba, seguramente llegará tarde. Cuando empezaba la clase yo me perdí en mis pensamientos, y de un momento a otro me vino la duda de si el trato seguiría en pie... Mierda, mierda, ¡lo que acordé con el director! ¿Cómo voy a cuidar de ella si no me quiere ver? Seguro que yo para ella estoy muerto, aunque la entiendo, me pasé de la raya, pero tengo que arreglar esto cuantos antes, y no tengo ni la más mínima idea de cómo hacerlo.

Una simple amenaza • P. J • [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora