Capitulo 3

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–Entonces, ¿no eres soltero, eh?–preguntó Sebastian.

–No–. Continuó Blaine siguiendo con la grande sonrisa.

–De acuerdo–respondió el otro alzando su ceja derecha. Estaba raro. Y no me iba a quedar callada. Reí.

–¿Por qué la pregunta? ¿Te pone celosox cachondo o qué?–pregunté frunciendo el ceño.

Unos warblers se aguantaban la risa y el Sebastian volteó a verlos, y después se volvió a mi.

–_____ –me susurró Blaine al oído y me apretó un poco el brazo, al que yo me zafé.

–Creo que te estás ganando un nuevo enemigo, niña–dijo Sebastian con una sonrisa.

–No, enserio, no es un insulto ni nada, pero es que aquí ya se siente en el aire la tensión sexual que le tienes a mi gelito. No me odies, Sebastian... además yo no me estoy ganando nada, no vales mucho la pena para creerte un premio que alguien pueda ganarse. Pero tú si te estás ganando una buena avergonzada, para ir corriendo con tu mami... ¿Sabes qué? Aquí no necesitas a tu mami por que vas a ir corriendo a chuparle el pajarito a alguien para poder desahogarte, aunque te ahogaras aún más–fingí una sonrisa y crucé los brazos. El hizo una sonrisita y miró al piso, para después unos segundos volver su mirada a mi.

–Eso sería una mala idea. Quizás tu serías la que hará exactamente lo que dijiste, porque... –lo interrumpí.

–¿Por qué? ¿Los pitos son muy grandes y no pueden entrar en tu boca?–pregunté alzando mis cejas.

–Chicos, paren–. Exclamó Blaine pero no, esto no iba a quedar así. Por supuesto que no.

–De hecho, no. Tu serás porque eres alguien inmadura, con su traje de niña tonta e prostituta a la vez. Por cierto, ¿Sabias que te bautizaron en una plaza de toros, con camiones de riego? Exactamente por eso te ves como ahora, como alguna vaga, ¿La sacaste de la calle, Blaine? Porque créeme que así se ve–dijo Sebastian.

–Ah, que raro porque hace un pequeño rato, los 80's llamaron y quieren su estúpido e inmaduro insulto de vuelta–hice una pausa y me puse a pensar, ¡oh por Dios– Oye, fuera de broma, ¿no te había visto antes?–dije sonriendo.

–Si, por eso ya no voy a ese lugar...–fruncí el ceño, ¿qué?–¿Dónde?

–En animal planet, zorra. Y yo no me pongo un uniforme gigante, que me queda enorme, y me vería como vaca cagando hijos, así es como yo te veo.

–Yo no me pongo un traje inútil solo para ver a alguien dar un maldito partido de Fútbol Americano o lo que sea que hagan y bailar con tus pons pons como una retrasada mental, como lo haces tu, al parecer...

Mire a Blaine con una sonrisa y señalé con mi dedo a Sebastian. Me iba a colmar la paciencia.

–Voy a matar a este chico–comenté fastidiada.

–Vale, demuéstrame como lo haces–dijo con una sonrisa. Estoy a punto. Pude ver a Blaine y noté como posicionó una mano en su nuca un poco apenado. Bueno, muy.

–Si, si, si, pero...–expresó Blaine murmurando.

–Voy a matar a este idiota–dije entre risas y volteé a ver a Sebastian. Soy capaz.

–_____, por favor–dijo Blaine.

–De verdad me vas a dejar matar a este idiota, porque si no...–alcé la voz pero ya no me pudo contener.

Yo iba hacia el agresivamente, nuy enojada, lamentablemente Blaine me tomó de la cintura y me trataba de jalar hacia la salida. Sebastian quería hacer lo mismo, quería acercarse a mi pero los Warblers lo tomaron del brazo, mientras que Blaine me llevaba hacia la puerta, tratando de tomarme en sus brazos, pero no podía, mientras yo gritaba:

–¡Maldito hediondo, date por muerto, idiota! ¿Sabes algo? ¡VAS A MORIR, PERRA RABIOSA! ¡ven y defiéndete! ¡vamos, idiota! Malnacido, VAS A MORIR–gritaba con ganas mientras le pegaba las manos de Blaine para que me dejara, pero el logró llegar a la puerta y la cerró, dejándome libre.

–¡¿Qué te ocurre?!–pregunté enojada mientras me acomodaba el uniforme y el cabello.

–¡¿Te volviste loca?!–me respondió frunciendo el ceño, imité su acción e hice un pequeño puchero–¡No estamos en Mckinley! Estas en una escuela muy diferente y más decente, _____, por favor.

–¿Qué Mckinley no es decente?–pregunté más tranquila.

–¡Sabes muy bien a lo que me refiero!–dijo, y pues tenía razón así que sólo me limité a asentir y suspiró–¿Por qué hiciste eso?

–¡Ja! Discúlpame pero yo no me iba dejar de un maldito tontivano así, ese idiota me provocó... me siento como Kim Kardashian con sus hermanas en este momento–me eché un poco de aire con mi mano.

–Pero, el es un buen chico–dijo Blaine.

–¿Un buen chico? ¿en serio? ¡Es una perraaaa!, ¿entiendes? ¡perraaaaaa!–dije.

–Solo...–suspiró–Ve a Mckinley.

–No me iré de aquí hasta que yo con mis propias manos mate a ese conejo blanco comprado en un tianguis–dije y crucé mis brazos.

–¡Ve!–alzó la voz y supongo que eso sería la mejor opción. Ugh, la mayoría es su culpa, digo, es su culpa que yo estuviese aquí y que conociera al Sebastiano. Rodeé los ojos, era momento de irme.

–Me voy porque quiero, no porque tu me lo pides.

Y me fui a Mckinley, estaba bien. Aunque si estaba enojada. Digo, ¿cómo el se atreve decirme algo así? O sea, tal vez yo empecé a insultarlo y todo eso pero, digo, yo soy _____.

Pasaron varios minutos y no llegaba Blaine, quizá se quedo con la vaquita sobre hielo.

POV BLAINE.

Decidí quedarme un rato más en la academia para poder recordar todo lo había pasado por aquí, no era muy lindo dejar al hogar que perteneciste por mucho tiempo y menos donde compartiste muchos buenos recuerdos con las mejores personas. Así que, fui a la sala de estar y prendí mi computador para hacer una tarea por ahí, compré un café para acompañarme hasta que alguien más llegó para hacerme la compañía y se sentó frente a mi.

–Hey, Blaine–dijo Sebastian con una tierna voz.

–Oh, hola. Sebastian...–dije y cerré mi computador para poder hablar bien con el–Oye, de verdad lamento el comportamiento de _____, se alocó un poco.

El solo se limitó a sonreír.

–Si, lo noté, eso no importa, ¿vamos a olvidarlo no? No hay que tener recuerdos en tu memoria que no valen la pena–sonrió mientras cruzaba sus brazos y yo le di una sonrisa cerrada. Si era un poco perra, la verdad–. Bueno, como sea. Así que, ¿Un tal Kurt es el amor de tu vida?

–Oh, si–sonreí al recordar su nombre–Bueno tal vez no el amor de mi vida pero, si para mucho... De hecho, tuve la oportunidad de conocerlo aquí. ¿Tu tienes pareja?

–Tenía. Rompimos hace 20 minutos después de que te conocí– dijo y dio una sonrisa... eso es... raro.

–¿Por qué?–fruncí el ceño confundido.

–Bueno, fueron por dos cosas, infidelidad. Se fue con otro hombre que era Travesti. Y además, conocí al muy dichoso y famoso Blaine Anderson–dijo sonriendo. Bajé la mirada algo incómodo–Me han hablado mucho de ti, todo lo que has hecho y creo que es súper sexy–. Fruncí el ceño.

–¿De acuerdo?–tomé un poco de vaso de café.

–Pero es no importa... ¿Qué piensas sobre...?–estaba confundido porque no terminaba su frase y eso no me gustaba–Lo podremos hacer, hay unas camas.

Asco.

–¿Qué? ¡Claro que no!–escupí un poco de café de la impresión. ¿Quería tener sexo conmigo?

–Ay, vamos. El no se dará cuenta, con tu cara de inocente nadie se...

–¡Por supuesto que no! Kurt es mi pareja, y yo no le soy infiel. Y mucho menos con alguien que apenas conocí. Disculpa, Sebastian–. Dije enoja y tomé mi computador y me fui de ese lugar.

Eso fue desagradable.

Why? - Sebastian Smythe y Tú (𝐃𝐄𝐒𝐂𝐎𝐍𝐓𝐈𝐍𝐔𝐀𝐃𝐀)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora