#2 Alas marchitas.

Capitulo 20

Eran las diez de la mañana cuando me levanté, Liss ya no se encontraba a mi lado y Dana tampoco. Por un momento creí que me encontraba sola en la habitación cuando veo a Ariana sentada, estaba leyendo un libro con una taza de café a un lado. La luz de la mañana ilumina su cabello ondulado oscuro, reflejando paz en la habitación y haciéndote olvidar por completo lo peligrosa que es.

Me siento sobre mi cama, ella me siente y sus ojos marrones se clavan en mí. Es una mañana tranquila, sus ojos me lo revelan y me lo confirma con la sonrisa que me regala en estos momentos.

-¿Dormiste bien? -Me pregunta con voz suave.

-Sí, aunque Liss patea al dormir.

-Sí lo noté varias veces. Me levantaba a tomar agua y pude apreciar cómo te pateaba o te tenía al borde de la cama.

-Por lo menos dormí bien desde que se fue. Por cierto, ¿Dónde están ella y Dana?

-¿Ellas? Se fueron a desayunar y se fueron a comprar tacos para esta noche.

-Pero Liss tiene lastimado los pies.

-No te preocupes, ella es algo estúpida pero luego reacciona aunque sea algo tarde.

-Tienes razón.

Me levanto de la cama, Ariana regresa su vista al libro y procedo a ir al baño para lucir presentable. Saco mi ropa de la maleta, cojo las prendas necesarias y vuelvo a mirar a Ariana.

-¿Dónde está el baño? -Pregunto avergonzada, es la primera vez que estoy aquí.

Ariana sonríe unos segundos, se levanta de su cama y camina en dirección a una de las puertas que se encuentran en la habitación.

-Mi departamento es pequeño, todo está cerca. Este es el baño. -Dice abriendo la puerta, mostrando el baño en su interior- Si tienes algún problema, avísame.

-Gracias.

-Julieta.

Regreso a verla, esa mirada tranquila e inexpresiva se vuelve seria y algo tajante. Mi piel se erizó apenas la vio, es como si lo que está por decirme es una condena pero ella no suele meterse en la vida de los demás y espero que no sea la primera vez que desee hacerlo. Eso significaría que algo estoy haciendo que no le gusta ni un poco.

-Desayunaremos juntas. -Dice con la misma frialdad de su mirada- Necesitamos hablar.

Si, algo mal había hecho y ella quería decírmelo a la cara. Asiento levemente, ella se da media vuelta y regresa a su cama. Apenas se sentó en su cama, yo cerré la puerta con la esperanza que mi baño dure más de lo planeado.

Al salir vestida y preparada para las palabras de Ariana, la veo que está con un vestido diario de color verde turquesa. Ella sonríe, entiendo que debo seguirla y salimos del dormitorio para desayunar.

Ariana vive en un edificio, cada quien compra o alquila su departamento y listo. Nuestra amiga vive en el segundo piso porque le teme un poco a las alturas. Su departamento tiene dos habitaciones, sala, comedor y cocina. Ella no vive sola, vive con Samuel pero están en planes de dejar el departamento e irse a vivir en su casa que queda a unos cuantos minutos cerca de la playa porque Samuel ama el aire libre y Ariana odia el ruido de la ciudad.

Fuimos al comedor, veo que tiene pan tostado y dos tazas con leche caliente en la mesa. Ella se sienta en una, cruza sus piernas y me mira. Le imito, por suerte mi short jean me lo permite y no se me dificulta.

-¿De qué quieres hablarme?

-Lissette habla dormida, Jul.

-Sigo sin entender.