Capitulo 33

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Sábado, el día del matrimonio del padre de los gemelos. No es el único matrimonio que se aproxima, también el de Ariana y hoy acaba de llegar la invitación.

Mis padres habían llegado en la madrugada, no conversamos porque estaban cansados y se fueron directamente a dormir en su habitación. Alrededor de las diez de la mañana nos levantamos a desayunar, ahí si no contuve mi alegría y fui a saludar a mi padre con un abrazo que le tenía que dar desde hace tiempo.

-Ya, tranquila... -Dice contento- Yo también te extrañé pero no te quiero asfixiar.

-¡De todas maneras! ¡Tengo muchas cosas que contarte! Por ejemplo, quedé...

-Abanderada. –Me interrumpe- Mi esposa ya me lo comentó todo. Estoy orgulloso de ti, nunca me vas a decepcionar, mi pequeña.

-¿Podrías dejarme contarle alguna cosa? –Le digo enojada a mi madre.

-Cuéntale como estás castigada y debes arreglar la biblioteca los viernes, tal vez le divierta.

Hija de perra. Por lo menos me siento mejor, esa es mi madre después de todo. ¡Pensé que me la habían raptado los aliens! Ahora sé que sigue conmigo, esta si es mi madre. Simplemente me río cuando dice eso, ella me mira como si estuviera loca y me acerco a ella.

-¡Te amo, mamá!

Creo que el susto fue más para ella cuando sintió la presión de mis labios en su mejilla. Al alejarme de ella me mira asustada, incluso mi padre tiene una expresión de sorpresa en su rostro, parece que los tengo locos.

-Llama al loquero. –Dice mi madre a mi padre- Julieta se ha vuelto loca.

-O te quiere, ¿No crees que es una opción?

-No, ella está loca. ¡Solamente mírale esas ojeras!

Había olvidado que mi madre odia verme con ojeras pero es imposible no tenerlas, después de todo ayer me quedé practicando en el piano la canción que quiere el padre de mi mejor amiga. Se lo prometí y debo cumplir mi palabra, no soy el tipo de persona que cumple algo y luego no lo hace.

Le cuento a mi padre la historia de mi castigo en la biblioteca, también de como la madre de Dana quiso quitarme el puesto de abanderada y se notó que le desagradó todo. Parece que van a tener una charla hoy si la ve, y una muy seria junto a mi madre pero más moderada. Entre mi padre y mi madre, creo que él es más sereno y no comete estupideces.

Todo el día mi madre me tuvo ocupada haciéndome arreglar. Primero fue el cabello, luego el maquillaje, luego las uñas de las manos y los pies, sin olvidar que me depilaron las piernas y dolió tres infiernos.

A las seis de la tarde llegamos a casa, mi padre estaba merendando y mi madre no me dejó comer nada porque debo cuidar mi imagen supuestamente. Me subió obligada a vestirme porque la ceremonia empieza a las siete y no debemos perder tiempo.

-Ve a tu cuarto, nos vestiremos allá.

Dejo la puerta abierta para esperarla. Nunca he pisado su cuarto, me lo prohibió una vez que estaba por abrir la puerta en busca de papá y jamás volví a intentar abrirla, especialmente porque me abofeteó al intentarlo por segunda vez.

-Deja ver que vestido compraste. –Dice entrando mientras sostiene un vestido rojo en sus manos- Quiero verte.

-Es este y me lo pondré con unos tacos blancos. ¿Te gusta?

-Muy normal, pero está bien. –Me responde.

-¿Y el tuyo?

-Mi vestido es de corte romano, lo mandé a hacer precisamente en el diseño que yo quería y se lo pedí exclusivamente a mi mejor amiga Bella López.

#2 Alas marchitas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora