La Pequeña Sharon Y La Invasión Del Rock

Cae la Cheni con un perro

Sharon caminó por la sala en círculos, esperaba la llegada de la Cheni, cuando la puerta se abrió. Su madre entró dando tumbos.

–Sharon, dame la licuadora –dijo su madre. Obviamente estaba ebria.

–Mamá, tenes terrible pedo, no te das cuenta de que nosotras no tenemos licuadora.

–Cállate y pásame la licuadora mija –Juana se fue a su cuarto y se encerró. Enseguida se comenzaron a escuchar ruidos. La madre de Sharon estaba revolviendo en el cuarto. Sharon fue corriendo al cuarto, abrió la puerta y encontró a su madre tirando todo al suelo.

–¡¿Qué haces mamá?! –Grito aterrorizada.

–¡BUSCANDO MI LICUADORA MIERDA CARAJO! –La madre de Sharon le pego una cachetada a Sharon. Pero la joven wachiturra respondió con otra cachetada. Entonces, Juana se arrojó al suelo y comenzó a gritar. De su boca comenzó a salir espuma. Sus ojos se pusieron blancos. Sharon le dio una patada en la cabeza y su madre se volvió a estabilizar. Se desmayó y quedo tendida en el suelo. Otro día normal acababa de iniciar.

Vanesa Victoria Pastelillo estaba dando su programa en la televisión. Cuando Sharon pasó cerca del televisor, presto atención a lo que decía.

–Así es amigos, en el ranking tenemos a Sum 41 en el tercer lugar, a Green Day en el segundo y a Blink 182 en el primero. Parece ser que el CD Take Off Your Pants And Jacket está dando mucho resultado y se está vendiendo como la pólvora últimamente. El CD 21st Century Breakdown de Green Day también se está vendiendo muy bien, pero parece ser que…

Sharon apago la televisión. Hace un mes, Vanesa Victoria Pastelillo solía presentar las últimas tendencias de los CD de cumbia. La muy puta era alta pastelera, se había pasado al lado del rock. Todo era moda, hace un mes, la gente escuchaba a Nene Malo y a Los Wachiturros; eran pasión. Ahora todos escuchan al rock de mierda ese, y todos escuchaban esas banditas de morondanga, todo por moda. Ese pensamiento hizo que Sharon sonriese, todo era una moda pasajera, Sharon lo sabía.

Alguien golpeo las manos afuera, y Sharon abrió la puerta. La Cheni, la mejor amiga de Sharon, ya había llegado y venía con un perro. La abominable criatura comenzó a ladrar.

–¡Tranquilo Firulais! –Grito la Cheni.

–¡APAGA LA LICUADORA! –Un grito se escuchó en son de respuesta. La madre de Sharon debía de estar en esos típicos limbos que hay entre estar despierto y dormido.

–¿Y ese perro? –Pregunto la Sharon.

–Me lo encontré en la calle ayer, y te lo traje. ¿No es lindo? Le puse Firualis.

–Gorda piojosa, ¿no te das cuenta de que puede tener rabia o algo? –Dijo Sharon.

–No, no tiene nada raro. Ya me fije y parece que esta todo en orden.

Sharon ato la correa de Firulais a las rejas de la casa e invito a la Cheni a entrar.